Francisco denuncia la precariedad laboral y pide a los Gobiernos el máximo esfuerzo para crear trabajo decente

Francisco denuncia la precariedad laboral y pide a los Gobiernos el máximo esfuerzo para crear trabajo decente
FOTO | Vatican Media
El papa Francisco pide a los Estados acreditados en la Santa Sede un esfuerzo global para crear condiciones dignas de trabajo y oportunidades que permitan combatir el desempleo

En su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, realizado este jueves, el papa Francisco ha abordado la situación del trabajo, un tema clave de su pontificado. El Papa ha denunciado la persistencia de la esclavitud laboral, una realidad que, en sus palabras, “aunque escasamente reconocida, es bastante practicada”. Francisco ha lamentado que “demasiadas personas viven esclavas del propio trabajo”, el cual “pasa de ser un medio a convertirse en el fin de la propia existencia”.

En este sentido, ha alertado sobre las “condiciones laborales inhumanas” que enfrentan muchos trabajadores y trabajadoras, señalando que son víctimas de situaciones precarias en términos de “seguridad, horarios de trabajo y salario”. En consecuencia, ha pedido al personal diplomático —en el que están representados 184 países y la Unión Europea— un esfuerzo global para garantizar que el trabajo sea, como él mismo definió, “noble y ennoblecedor”, y no un “obstáculo para la realización y el crecimiento de la persona humana”.

Francisco también ha llamado la atención sobre el impacto del desempleo, especialmente en las regiones más vulnerables, donde “la grave situación del desempleo favorece el trabajo ilegal y, consecuentemente, la criminalidad”. En este contexto, ha pedido a los gobiernos representados en el Cuerpo Diplomático que prioricen la creación de “condiciones dignas de trabajo” y garanticen que “existan efectivas posibilidades de trabajo”.

El pontífice, en su constante defensa del trabajo libre, creativo, participativo y solidario (cfr. Evangelii gaudium, 192), ha destacado la urgencia de actuar para que “el trabajo no esclavice, sino que libere”, reiterando que el acceso a un trabajo decente es un camino fundamental para “el cuidado de nuestra casa común y de aquellos que la habitan y la habitarán”.