Una crisis de prevención y de cuidados en el trabajo causa la muerte de 573 personas trabajadoras
573 personas trabajadoras han perdido la vida en los primeros nueve meses del año debido a la siniestralidad laboral que provoca la “falta de una prevención de riesgos eficaz en las empresas”, según denuncian los sindicatos. El mundo del trabajo padece un alarmante y continuo aumento de siniestralidad laboral, con el trágico desenlace de personas trabajadoras muertas y heridas.
La realidad de la siniestralidad laboral mostrada en la última estadística pública del Ministerio de Trabajo y Economía Social es una catástrofe para las personas trabajadoras y para sus familias. En el periodo de enero a septiembre, los datos son dolorosos, no solo por el drama de muertes, heridas y enfermedades que sufren las personas trabajadoras, sino también por el incesante aumento de esta calamidad. “Una injusticia y siempre por falta de cuidado“, según opina el papa Francisco.
573 personas fueron a trabajar y no regresaron con sus familias. En un solo mes, de agosto a septiembre de este año, la siniestralidad laboral ha provocado la muerte de 75 personas, lo que indica la gravedad de este drama humano y social. Sufrimos una crisis de seguridad y de cuidados en el trabajo que no debería pasar desapercibida. “La seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: solo nos damos cuenta de su importancia cuando falta trágicamente, y siempre es demasiado tarde”, dijo el Papa.
Choques y golpes con objetos en movimiento, caídas, aplastamiento, atrapamientos y amputaciones, en el trayecto hacia el trabajo o de vuelta a casa… son los motivos que provocan este enorme mal del mundo del trabajo y que “denota la falta de prevención más básica en las empresas”, según denuncia Mariano Sanz, secretario de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO. “La sociedad española no puede normalizar incrementos de los accidentes mortales cercanos al 10% como los que refleja la estadística”, asevera, con razón, el dirigente sindical.
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Una prevención que conlleva responsabilidades. La ley 31/1995, ahora en proceso de reforma, establece en su artículo 14 que es el empresario quien ostenta la responsabilidad última de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Esto implica la obligación de evaluar los riesgos, planificar y aplicar medidas preventivas, proporcionar equipos de protección y formación adecuada a los trabajadores, de forma que se asegure que las condiciones de trabajo sean seguras y cumplan con las normas.
Lo que sucede es que la prevención en las empresas, tan necesaria para el cuidado de los trabajadores y las trabajadoras, se ha deteriorado y tiene consecuencias gravísimas, como vemos mes a mes. Esto es parte del proceso de deshumanización que se produce en el trabajo y que la Iglesia también denuncia, en concreto “por el exceso de externalización de la prevención” inasumible, fruto del aumento de las cadenas de subcontratación. Además, se debe a la falta de coordinación de actividades empresariales y a los modelos de gestión preventiva basados en el cumplimiento de trámites administrativos “y no en evaluaciones de riesgos rigurosas y en la adopción de medidas preventivas eficaces”, según apunta Sanz.
Es urgente atender esta realidad sufriente
De manera urgente, CCOO reclama que la mesa de diálogo social sobre esta materia, sea más ambiciosa y eficiente ante “la necesaria adaptación de una Ley de Prevención de Riesgos para ajustarla a una realidad laboral cambiante y a una evolución de los accidentes de trabajo claramente negativa”.
También exige que todas las Administraciones del Estado (gobierno central y autonómicos) atiendan esta realidad sufriente de toda la sociedad con cambios normativos y un aumento de los recursos para el control y el cuidado de las condiciones en las que se gana la vida la gente trabajadora.
Por su parte, UGT también urge al Gobierno a establecer un plan de actuación urgente, así como implementar otras medidas vinculadas a potenciar la tarea de protección, vigilancia y sanción.
Siniestralidad laboral enero-septiembre
- La siniestralidad laboral con resultado de muerte: 573 personas trabajadoras. En jornada de trabajo han sido 466 las personas trabajadoras fallecidas, mientras que los siniestros in itinere –los que se producen en el trayecto de casa al trabajo y viceversa– han segado la vida de 107 personas trabajadoras. Por sectores, aumenta en la construcción (13,5%) y en los servicios (12,8%).
- La siniestralidad laboral de carácter grave la han sufrido 2.835 personas trabajadoras en jornada laboral y 790 in itinere, con un incremento de 56 y 97 casos respectivamente en comparación con el año anterior.
- La siniestralidad laboral con baja laboral ha afectado a 467.318 personas trabajadoras.
- La siniestralidad laboral sin baja laboral ha afectado a 413.534 personas trabajadoras.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)
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