El momento de poner en valor el sindicato

El momento de poner en valor el sindicato
Foto UGT
Agradezco a la HOAC y a Noticias Obreras que me inviten a escribir. Siempre me he sentido cerca y he admirado el compromiso social de muchos sectores de la Iglesia y su prioridad con la gente con más problemas sociales, en nuestros barrios y en el mundo.

La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) celebrará su 44 Congreso Confederal los próximos 25, 26 y 27 de noviembre en Barcelona. Fue precisamente en la Ciudad Condal donde nació el sindicato. Este verano ya se cumplen 136 años de ese momento. Ahora, bajo el lema de «Más y mejor sindicato», es el momento de poner en valor nuestra organización.

Sindicato es sinónimo de derechos. Allí donde está el sindicato, es donde hay mejores condiciones laborales. Sucede en los territorios, en los sectores y en las empresas. Nuestra acción se constata con la eficacia universal de los convenios colectivos en España, o también con nuestros acuerdos institucionales. Una acción que nace directamente de las cuotas que pagan las afiliadas y los afiliados, pero de la que se benefician todas las personas trabajadoras.

UGT está, en la actualidad, por encima de los 105.000 delegadas y delegados sindicales en empresas y Administraciones públicas. Además, el sindicato cuenta con casi un millón de personas afiliadas. La tarea del sindicato se evidencia con la recuperación de poder adquisitivo en la negociación colectiva tras el acuerdo por el empleo y la negociación colectiva, o el crecimiento de la cobertura de trabajadores con cláusula de revisión salarial de algún tipo.

La buena marcha de la economía española se sustenta también en tres elementos hacia los que se ha avanzado gracias a la acción sindical. Aspectos como la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones según el IPC y el cambio de paradigma en la contratación indefinida.

Ahora, es el momento de avanzar hacia una ley de negociación colectiva, que debe tener como objetivo financiar este incansable trabajo que realizamos los sindicatos a través de nuestras delegadas y delegados. Y es necesario abogar por una nueva norma que para sirva para organizar y reforzar los convenios y la acción sindical, así como por una ley de participación institucional de los agentes sociales.

La concertación social es un símbolo de nuestra sociedad. Demuestra que vivimos en un entorno maduro democráticamente y es ejemplo en Europa y en el mundo. Es imprescindible valorarlo y asentarlo para conseguir así que el diálogo social no dependa de la conjetura política de cada momento.

En UGT tenemos claro que cómo se avanza en este país es en la senda del diálogo social, y así lo demuestran las cifras. Desde la pandemia, se han suscrito más de 20 acuerdos en el marco del diálogo social. Los ERTE, la ley rider, la ley del teletrabajo, la reforma laboral, las tres subidas del salario mínimo interprofesional, los tres acuerdos sobre pensiones y el acuerdo sobre los protocolos LGTBI en las empresas, que recientemente ha sido aprobado por el Consejo de Ministros, son ejemplo de ello.

Y ahora es el momento de avanzar hacia la reducción de la jornada laboral hasta las 37,5 horas. Porque es necesario trabajar menos para vivir más. Es importante para después avanzar hacia las 35 horas y, posteriormente, hacia las 32 por la vía de la negociación colectiva.

La concertación social es un símbolo
de nuestra sociedad. Demuestra
que vivimos en un entorno maduro
democráticamente

Hay que avanzar hacia un mejor control horario en el que no queden horas extras sin declarar, cotizar ni pagar. El control horario tiene que dejar de ser una quimera. En la era de la inteligencia artificial (IA) y de la digitalización, hay herramientas para lograrlo. Además, hay que acatar el mandato de la Carta Social Europea: las horas extra se tienen que pagar por encima de las ordinarias.

Trabajar para conseguir una reforma del despido improcedente o sin causa. Porque el Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS) nos ha dado la razón: España incumple la Carta Social Europea. Los jueces y las juezas ya están aplicando el mandato del CEDS en algunas sentencias, aumentando las indemnizaciones tasadas por ley de forma considerable.

Se tiene que tramitar parlamentariamente el acuerdo alcanzado en materia de Seguridad Social sobre coeficientes reductores para la jubilación, contrato relevo y el papel de las mutuas.

Seguir luchando para conseguir una mayor participación de las personas trabajadoras en las empresas, mirando hacia los modelos europeos de cogestión. Se trata de ir hacia una economía más democrática y un capitalismo más social. Ponemos encima de la mesa valorar el capital humano como elemento clave de la empresa. Más ahora en el tiempo de la IA, cuando el pensamiento crítico se convierte en el elemento decisivo.

Y, más allá de estas cuestiones, todavía quedan retos que abordar. Aspectos como la regulación del uso de la inteligencia artificial en el ámbito laboral; abordar la ampliación de la ley rider a toda la economía de plataformas; la participación sindical en los PERTE y en la transición ecológica; la electrificación real; la renovación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en la que deben caber cuestiones relacionadas con la salud mental y la crisis climática; o aumentar la inspección de trabajo. Son los retos que vienen, y en los que desde UGT trabajaremos día a día para alcanzarlos.

Solo con un buen reparto de la riqueza, se garantiza el crecimiento económico y la creación de empleo. Una sociedad no es rica si sus trabajadores y trabajadoras son pobres. Alfonso Comín, de Cristianos por el Socialismo, explicaba el milagro del «pan y los peces» diciendo que el milagro fue que lo repartieron tan bien que llegó para todas y todos.

 

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