El papa Francisco denuncia las malas condiciones laborales y pide trabajo digno

El papa Francisco denuncia las malas condiciones laborales y pide trabajo digno
Francisco reclama trabajo digno “libre, creativo, participativo y solidario” frente al trabajo en negro y el abuso de la precariedad.

En el Palacio Apostólico Vaticano, el papa Francisco recibió en audiencia a los líderes y empleados del Instituto Nacional de Previsión Social (INPS) con motivo del 125 aniversario de su creación. Durante su discurso, Francisco hizo hincapié en la importancia del trabajo digno y denunció las malas condiciones laborales que existen en muchos lugares del mundo.

El tema de la previsión social es siempre actual, afirmó el Papa. Por un lado, la sociedad parece haber perdido el horizonte del futuro: se ha aplanado en el presente y no le importa mucho lo que pueda pasar a las futuras generaciones. “Yo hago lo mío, luego que se arreglen ellos…”. No está bien. Los signos preocupantes en este sentido son la crisis ecológica y la deuda pública que se carga sobre las espaldas de hijos y nietos. El Papa hizo un llamado a la elección de la sostenibilidad, que responde al principio de que es injusto confiar a los jóvenes cargas irreversibles y demasiado pesadas.

Por otro lado, la previsión es una forma de bienestar que une entre sí a las diferentes generaciones. La merecida pensión de un trabajador, de hecho, no se sostiene solo gracias a sus años de trabajo, sino también al hecho de que hay alguien que, a través de su actividad, está pagando concretamente la pensión de otros. En resumen, un fuerte vínculo entre generaciones es el presupuesto para que la previsión funcione.

El Papa también destacó que los trabajadores extranjeros que aún no tienen ciudadanía italiana también contribuyen al sistema de pensiones. Sería una buena señal poder expresarles gratitud por lo que hacen. La seguridad social también nos recuerda que “todo está conectado” y que somos interdependientes los unos de los otros. La vida social se sostiene gracias a redes comunitarias solidarias. El bien común pasa por el trabajo diario de millones de personas que comparten el principio del vínculo solidario entre los trabajadores.

Sí al trabajo decente

El Santo Padre hizo tres llamados para custodiar una seguridad social a la altura de los desafíos de la sociedad, como la italiana, que están envejeciendo cada vez más. El primer llamado fue un no al trabajo negro, que distorsiona el mercado laboral y expone a los trabajadores a formas de explotación e injusticia. El segundo llamado fue un no al abuso del trabajo precario, que tiene un impacto en las elecciones de vida de los jóvenes y a veces los obliga a trabajar incluso cuando las fuerzas fallan. La precariedad debe ser transitoria, no puede prolongarse en exceso; de lo contrario, termina por generar desconfianza, favorece el aplazamiento de las elecciones de vida de los jóvenes, aleja la entrada en el sistema de seguridad social e incrementa la de natalidad.

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El tercer llamado del Papa fue un sí al trabajo digno, que es siempre “libre, creativo, participativo y solidario” (Evangelii gaudium, 192). La seguridad social es una forma de participación en el bien común y en el bienestar propio. En este sentido, ha mencionado dos ejemplos de seguridad social: la mala seguridad social, que consiste en acumular bienes solo para uno mismo, como lo describe la parábola del hombre avaro, y la buena seguridad social, que es previsora y cuida del bienestar de las personas a cargo, como lo hizo el patriarca José al almacenar grano para enfrentar la hambruna.

Políticos con criterio de fraternidad

Francisco ha enfatizado la importancia de contar con políticos sabios, que promuevan la fraternidad y la sostenibilidad, evitando desperdiciar recursos y dejando un legado positivo para las generaciones futuras. Asimismo, se agradece el trabajo de aquellos que se dedican a cuidar y apoyar a los trabajadores y trabajadoras, garantizando la asistencia a las personas desempleadas y cuidando de los enfermos, heridos o ancianos.

“Sabe mirar hacia adelante; imagina el bien incluso cuando el mal parece prevalecer; cuida de las personas a su cargo. Y esta es vuestra vocación: cuidar de las personas en el futuro. Necesitamos políticos sabios, guiados por el criterio de la fraternidad y que sepan discernir entre temporada y temporada, evitando desperdiciar recursos cuando los hay y dejando a las generaciones futuras en graves dificultades”, ha subrayado.