Imanol Zubero: “La sostenibilidad de la vida debe ser el eje del modelo social y económico”

El sociólogo vasco analiza cinco grandes vulnerabilidades del mundo del trabajo y propone afrontarlas desde nuevas sensibilidades sociales, políticas y éticas, con claves ecofeministas, antirracistas y de justicia social. Animó a “escuchar a quienes más sufren estas vulnerabilidades”, porque “desde ahí pueden nacer respuestas transformadoras”.
La transformación del mundo del trabajo está generando una oleada de nuevas vulnerabilidades que “no podemos afrontar desde la resignación o la mera adaptación técnica”.
Así lo ha planteado el sociólogo Imanol Zubero durante la ponencia inaugural de las jornadas de reflexión y profundización de los Cursos de Verano de la HOAC, ante un auditorio de cerca de 200 personas reunidas en Madrid.
Zubero ha advertido que estas nuevas vulnerabilidades –tecnológicas, ecológicas, culturales, de género y de precariedad– “no son fenómenos aislados”, sino que responden a lógicas sistémicas que colocan a millones de personas trabajadoras en una situación de creciente inseguridad, marginación o invisibilidad.
Tecnología sin ética y el riesgo de la “algocracia”
Uno de los ejes centrales de su intervención ha sido la crítica al impacto de la digitalización y la inteligencia artificial (IA).
“Nos enfrentamos a una forma de deshumanización del trabajo que sustituye relaciones laborales por algoritmos opacos”, alertó.
Zubero denunció el avance de la algocracia, un modelo donde decisiones laborales fundamentales –como contrataciones, despidos o ritmos de producción– quedan en manos de sistemas automatizados sin control ético ni participación humana.
Frente a este escenario, reclamó “una sensibilidad crítica que ponga en el centro a las personas y su derecho a un trabajo decente”.
Crisis ecológica y justicia laboral
El sociólogo ha señalado también el riesgo de que la transición ecológica agrave la desigualdad si no se diseñan políticas que acompañen a quienes pierden su empleo o su modo de vida. “Sin justicia laboral no habrá justicia climática”, subrayó.
Advirtió que no basta con crear “empleos verdes” si no se acompaña a quienes quedan atrás, y que el coste del cambio no puede recaer, como tantas veces, sobre los más vulnerables.
Citó como ejemplo positivo el modelo escocés de transición justa. Asimismo, llamó a considerar también las asimetrías globales, recordando que “no habrá transición justa si no se piensa también en el eje Norte-Sur”.
Cuidar la vida: una exigencia ecofeminista
Otro bloque lo dedicó a denunciar la invisibilización del trabajo de cuidados, “realizado mayoritariamente por mujeres, muchas de ellas migrantes”.
Desde una perspectiva ecofeminista, defendió que el sostenimiento de la vida –que implica cuidar a las personas y los contextos donde habita– debe entenderse como el centro del bienestar colectivo.
Frente a una lógica productivista y patriarcal, propuso avanzar hacia una “democracia del cuidado”, en la que el trabajo reproductivo y doméstico se asuma como una responsabilidad social compartida.
Migraciones, racismo y lucha obrera
“La diversidad cultural no puede seguir gestionándose con exclusión ni racismo estructural”, afirmó.
Zubero explicó que muchas personas migrantes son relegadas a los empleos más precarios e invisibles.
Valoró la labor del Sindicato de Manteros o las jornaleras agrícolas como luchas que reclaman tanto derechos laborales como reconocimiento social.
Subrayó la necesidad de una sensibilidad intercultural y antirracista que combata prejuicios y reconstruya comunidad desde la igualdad de dignidad.
La “flexplotación” y la vida fragmentada
En su análisis de la precarización, alertó de la normalización de la “inseguridad vital” provocada por la mal llamada flexibilidad.
“Flexplotación” –término que combina flexibilidad con explotación– describe una realidad de contratos temporales, horarios imprevisibles, jornadas fragmentadas y trabajo en plataformas que impide planificar la vida y debilita la negociación colectiva.
Reclamó políticas que protejan a quienes sostienen servicios esenciales y reconoció el papel de iniciativas como el colectivo Riders x Derechos o sentencias judiciales, impulsadas por la acción sindical, que han reconocido la relación laboral de repartidores de plataformas con sus empresas.
Una cultura del trabajo humano y digno
Frente a este panorama, Zubero propuso desarrollar nuevas sensibilidades: ecológica, feminista, intercultural y social.
Pero, sobre todo, animó a “escuchar a quienes más sufren estas vulnerabilidades: migrantes, mujeres, jóvenes, mayores y sectores precarizados”, porque “desde ahí pueden nacer respuestas transformadoras”.
La ponencia ha dado paso a un diálogo con los asistentes y ha marcado el inicio de tres días de trabajo que abordarán en cinco espacios de diálogo las problemáticas señaladas, con exposiciones y testimonios concretos.
Durante la tarde, se proyectará el documental Hotel Explotación: Las Kellys, seguido de un coloquio.
Los cursos continuarán el jueves con mesas de diálogo, la eucaristía en la catedral de la Almudena y posterior gesto público de denuncia; y el viernes con la puesta en común de retos y compromisos colectivos.
La jornada de este miércoles ha sido inaugurada por Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid; Isabel Fernández, de la HOAC de Madrid; Luisma Romero, director de Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española; y Maru Megina, presidenta general de la HOAC.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)