Comunidades acogedoras y misioneras

Comunidades acogedoras y misioneras
Foto | Misioneros Combonianos
Las jornadas de delegados y agentes de pastoral con migrantes del 2024 responden cada año a las necesidades que marcan sus destinatarios.

Este año condicionado por guerras, conflictos, migraciones, hambrunas, desigualdades, crisis democrática y crisis climática, también es un año sembrado de iniciativas de solidaridad, de justicia, de signos de esperanza, aunque sean humildes.

Como la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por la regularización extraordinaria en un inédito y casi unánime consenso parlamentario –que continuaremos siguiendo para evitar que no quede en un cajón– o la publicación de la nueva exhortación pastoral Comunidades acogedoras y misioneras, que marcará el rumbo del futuro de la pastoral con personas migradas.

En el mundo contemporáneo son muchos los signos de la sed del Dios vivo y del sentido último de la vida, a pesar de las señales que parecen indicar lo contrario. Nuestro tiempo de incertidumbres reclama, sobre todo, testigos que indiquen el camino hacia Dios y acrecienten la esperanza de una humanidad herida. En el ámbito eclesial, cuando el ambiente invita a muchos a replegarse en los cuarteles de invierno, muchos sentimos que el Espíritu Santo nos envía justamente a lo contrario, a constituirnos «en estado permanente de misión», para «dilatar más y más el Reino de Dios, iniciado por el mismo Dios en la tierra».

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