Trabajar y cuidar
El autor de este Tema del Mes reflexiona sobre el cuidado como una nueva dimensión del trabajo, entendido como algo relacional. Esta visión puede ser adecuada para inspirar el avance del desarrollo humano integral de nuestro mundo, en el que el trabajo sigue siendo el principal agente de transformación.
El 17 de junio de 2020, el papa Francisco presentó un videomensaje a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con motivo de la 109 reunión de la Conferencia Internacional de Trabajo a celebrarse en Ginebra, Suiza.
En primer lugar, señaló que la conferencia se convocó en un momento crucial de la historia social y económica en el que el mundo se enfrentaba a serios y profundos desafíos para hacer frente a la pandemia, un contexto que se asemeja al mapa de la realidad actual.
En segundo lugar, Su Santidad demandó a la OIT y demás autoridades la búsqueda conjunta de soluciones que ayuden a construir y que transformen un nuevo futuro del trabajo, basado en condiciones laborales dignas y decentes. Esta construcción debe emanar de una negociación colectiva y promover el bien común, esta base posiciona al trabajo como un componente fundamental de nuestro cuidado de la creación y de la sociedad; logrando así que el trabajo sea esencialmente humano. Asimismo, las soluciones para actuar frente a la crisis laboral y en pos del bien común deben priorizar a aquellos trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo y aún afectados por la pandemia.
En tercer lugar, destacar que a efectos de componer y reactivar la actividad económica durante y pos COVID-19, el Papa nos recuerda la importancia de evitar fijaciones del pasado que promuevan el aislacionalismo, el nacionalismo, los riesgos del consumismo ciego, la discriminación y una cultura del descarte.
El último punto que quisiera destacar de este mensaje del papa Francisco es su llamado a comprender que, para promover acciones comunes, se debe entender correctamente el trabajo. Este entendimiento lo presenta a través de dos elementos. El primero nos convoca a focalizar la atención en todas las formas de trabajo, incluyendo a los empleos no estándar, y plantea que «el trabajo va más allá de lo que tradicionalmente se ha conocido como “empleo formal”, y el Programa de Trabajo Decente debe incluir todas las formas de trabajo».
El segundo elemento, para una correcta comprensión, es tener presente que el trabajo es una relación, de manera que tiene que incorporar la dimensión del cuidado ya que ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado. Francisco no solo se refiere al cuidado vinculado al trabajo de cuidados sino que a una dimensión que contenga a todo tipo de trabajo. Retomando sus palabras: «Un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente. Por el contrario, un trabajo que cuida, contribuye a la restauración de la plena dignidad humana, contribuirá a asegurar un futuro sostenible a las generaciones futuras». Esta cita toma como referencia a los frutos de la investigación realizada por el proyecto «El futuro del trabajo, el trabajo después de Laudato si’» y que se han visto plasmados en el Informe El cuidado es trabajo, el trabajo es cuidado.
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Responsable del proyecto «El futuro del trabajo, el trabajo después de Laudato si’».
Miembro del Grupo de Trabajo CLACSO: «El Futuro del Trabajo y Cuidado de la Casa Común»
y del Programa PRODENAC
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