La Iglesia se ha movilizado con rotundidad por el trabajo decente para todas las personas
El grito “ahora más que nunca trabajo decente” se ha escuchado con rotundidad en cerca de 40 diócesis de España.
La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, como cada 7 de octubre, conmemora la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, reivindicación y anhelo del mundo del trabajo, que cobra aún mayor trascendencia en plena crisis social tras el tsunami desatado en el planeta por el coronavirus.
Las plataformas diocesanas han convocado todo tipo de actos públicos, vigilias y Eucaristías, en torno a esta aspiración fundamental, comenzando por Murcia, que salió a la calle el día 2 y terminando por Cádiz, que cerrará el calendario de movilizaciones el próximo 17 de octubre.
La presidenta de la HOAC, Maru Megina, presente en el acto organizado en la escalinata de la Catedral de la Almudena de Madrid, donde se congregaron unas 100 personas, ha destacado que “todo esto se produce tres días después de que Cáritas haya presentado un adelanto del informe FOESSA realmente demoledor”, en el que señala que la cuarta parte de los hogares de nuestro país carece de un empleo digno.
“Solo el trabajo digno sirve a la integración”
Megina insistió en que “solo un trabajo digno integra realmente en la sociedad, reduce la desigualdad y permite que las personas y las familias se puedan plantear un futuro y una vida dignas”, por lo que considera vital que la comunidad eclesial pongan todavía más empeño en “fomentar el compromiso social de todos sus miembros y apostar por estilos de vida que favorezcan el respeto a los derechos laborales”.
La secretaria general de Cáritas Valencia, Aurora Aranda, partícipe en el gesto público y la vigilia de oración en la plaza de la Basílica de la Mare de Deu, ha afirmado que puesto que “el desempleo es uno de los principales problemas que afecta a las personas, todas las entidades de Iglesia, y Cáritas como una de ellas, tenemos la responsabilidad y el deber de hacerse presentes en esta realidad”.
Aunque es conocida “la cercanía, la acogida y el acompañamiento” de la Iglesia, en su opinión, se debe reforzar igualmente “la reivindicación”, “para que se oiga la voz de las personas en desempleo, con empleos precarios, con dificultades para conciliar la vida laboral y familiar o, en el caso de los jóvenes, con grandes obstáculos para acceder al empleo”.
Incluso, ha señalado que “como Iglesia tenemos que ser ejemplo” y favorecer que “todas las personas tengan acceso a un trabajo digno para crecer y desarrollarse como seres humanos en toda su dignidad”.
Representantes de Cáritas, Servicio Jesuita al Migrante y la HOAC de Valencia se unieron en un acto en el que pudieron escuchar el testimonio de personas en situación de precariedad, de jóvenes, migrantes y trabajadoras de la limpieza, que dieron pase a la lectura de varios pasajes evangélicos, así cómo de frases del papa Francisco, para acabar, como ha sido la tónica, general con la lectura del manifiesto “Ahora más que nunca trabajo decente”.
A la convocatoria de “Església pel Treball Decent” en la plaza de la catedral de Barcelona, acudieron integrantes de los diversos colectivos y movimientos que impulsan la iniciativa, para escenificar una fila del paro y la precariedad. Sus componentes se iban pasando carteles referidos a situaciones laborales injustas que recaen sobre la última persona de la cola en cada momento hasta que quedaban visiblemente “descartadas”.
Inspirados en la utopía del Reino de Dios, donde “los últimos serán los primeros”, las personas descartadas, pasaban, luego, a encabezar la cola, como resultado de la acción del compromiso cristiano.
“No puede faltar la esperanza”
Muy similar, como es lógico, fue el acto en Ciudad Real, donde los participantes en las filas del desempleo y la inestabilidad laboral, se pasaron también carteles de denuncia de situaciones concretas de precariedad, en los que además han escrito nombres de personas y colectivos que se esfuerzan con mejorar las condiciones laborales.
“No puede faltar en un acto de la Iglesia, como es este, la esperanza en que la precariedad que genera este sistema económico se puede transformar en mayor decencia y dignidad en el trabajo para cada vez más personas y familias, a través de nuestro compromiso”, ha comentado Ángel Aguas, presidente de la HOAC de Ciudad Real.
En Bilbao, donde todavía sufren importantes restricciones en la calle, esta vez han optado por impulsar una cadena “virtual” de solidaridad con las personas descartadas del empleo digno. El propio obispo, Joseba Segura, se grabó con un cartel en euskera y castellano con el lema “Ahora y siempre trabajo decente”, que encabezará un montaje visual con los vídeos que envíen personas y colectivos de la diócesis sensibles al sufrimiento del mundo del trabajo.
Maite Valdivieso, responsable de Pastoral Obrera de la diócesis, ha remarcado que “como sociedad y como comunidad cristiana no podemos ser indiferentes y necesitamos una mayor implicación en defensa de un trabajo digno, con derechos”. Además, ha animado a la diócesis, que se ha planteado “Bat Gara. Creamos Comunidad”, a caminar en comunión hacia “la búsqueda del bien común, poniendo a la persona en el centro”.
“Va aumentado la conciencia”
En la diócesis de Orihuela-Alicante, Iglesia por el Trabajo Decente ha conseguido llegar a cerca de una veintena de parroquias, fundamentalmente donde hay equipos de Cáritas y de pastoral del trabajo, que han organizado actos propios de carácter local.
Jesús Fernández, responsable diocesano de esta pastoral, ha percibido que “va aumentando la conciencia sobre la realidad laboral que sufrimos, aunque lento”.
“A nivel social y eclesial crece la preocupación por la precariedad, tal vez porque cada vez más lo sufre más gente”, afirma. También reconoce que en ambientes cristianos cuesta integrar el trabajo como algo propio de la misión de la Iglesia: “parece que es algo ajeno a la vivencia de la fe, cuando es una realidad que determina la existencia de las personas y las familias”.
La parroquia de Santa María Magdalena de Jaén acogió un gesto de sensibilización y una vigilia de oración, durante la cual se compartieron testimonios de situaciones reales y cercanas de precariedad y se reflexionó, a la luz del evangelio, sobre cuál debe ser la respuesta y se animó a comprometerse con un presente y un futuro en los que el trabajo decente sea una realidad.
Redacción de Noticias Obreras.