Una de ladrillos y algoritmos
Puede que este cuento les suene. Érase una vez un rey que quería pasar a la historia por haber construido la torre más alta del mundo, que llegase hasta el cielo y desafiara al mismísimo Dios, así podría pasar a la posteridad como el más grande de los grandes que, gracias a sus divinos deseos, se convertiría en amo del universo.
Para ganarse a su pueblo disfrazó sus intenciones bajo el manto de unirse como país en un proyecto común. Les convenció, por supuesto. Pero había un pequeño obstáculo: vivían en un desierto y no había de dónde sacar ni una piedra.
Así que, reunió a sus sabios científicos y les ofreció el reto de crear algo para salvar la dificultad en la que se encontraban y… ¡Eureka! Dieron con la solución: inventaron el ladrillo. Toda una revolución: algo de barro, un poco de agua, un poco de forma y dejar que el sol hiciera su trabajo. ¡Fácil, fácil!
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Militante de la HOAC de Canarias