Economía, humanismo y responsabilidad política
Por economía entendemos aquí la forma de organizar la producción y distribución de la riqueza. La palabra humanismo y sus derivados ha tenido distintos significados en la época moderna. Buscando algo común a las distintas acepciones, humanismo sería el empeño por descubrir y realizar la dignidad humana; hacer que las personas sean sujeto y fin de todas las instituciones y mediaciones sociales.
A lo largo de la época moderna, las corrientes humanistas han emergido con fuerza. El clamor por la libertad, la igualdad de oportunidades así como el reclamo de los derechos humanos han sido cada vez más notorios. Pero a la vez, la dictadura del poder económico hace esclavos a los ciudadanos, en la fría lógica del mercado, la libertad de unos imposibilita la libertad para otros; se ahonda la desigualdad y la escandalosa pobreza da escalofrío mientras unos pocos cada vez más se enriquecen.
Así estamos viendo que el funcionamiento de la economía hace imposible un humanismo; las personas no son sujeto y fin de los recursos económicos; se valoran únicamente por lo que rentan en un sistema cuyo afán es sacar el máximo beneficio económico individualistamente con el mínimo costo. La economía cuya finalidad es satisfacer las necesidades básicas de todos, degenera en crematística o artimaña para acaparar bienes robando a los otros.
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Teólogo