Canales: “El trabajo humano es un eje transversal de toda la pastoral de la Iglesia”

Canales: “El trabajo humano es un eje transversal de toda la pastoral de la Iglesia”
La diócesis de Huelva comenzó la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente con una conferencia impartida por Abraham Canales, director de publicaciones de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), quien ofreció una reflexión sobre la centralidad del trabajo en la vida cristiana y su dimensión social y sinodal en la misión de la Iglesia

El acto, celebrado este lunes a las 19 horas, fue presentado por Milagros Villamarín, de la iniciativa diocesana Iglesia por el Trabajo Decente, y contó con la asistencia de unas cuarenta personas. La conferencia, titulada “Iglesia, trabajo decente y periferias”, sirvió de punto de partida a los actos previstos en la diócesis para visibilizar la importancia del trabajo digno en la vida de las personas y en la configuración de la sociedad.

En su exposición, Abraham Canales agradeció la invitación y el esfuerzo por “mantener viva esta conciencia común que nos prepara mejor para sostener y anunciar la esperanza que estamos llamados a ofrecer”.

Trazó un recorrido histórico y pastoral del concepto de trabajo decente, desde su formulación en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999, “para atender la desigualdad, equilibrar la globalización económica y avanzar en la justicia social”, hasta su integración en la Doctrina Social de la Iglesia.

Subrayó que “sin trabajo decente no hay vida digna, ni fraternidad, ni justicia, ni paz”, e invitó a comprender el compromiso eclesial con el mundo del trabajo como “una tarea de esperanza compartida, que hunde sus raíces en el Evangelio y en la experiencia de los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo”.

Recordó que la OIT “es la única agencia tripartita de la ONU donde participan Estados, sindicatos y empresarios, con voz también de organizaciones sociales de trabajadores y de la Iglesia”, lo que la convierte en un referente global en la construcción del derecho y las normas internacionales del trabajo.

De Juan Pablo II a Francisco: un magisterio vivo

En su recorrido histórico, Canales evocó el Jubileo de los Trabajadores de 2000, cuando Juan Pablo II llamó a sumarse a una coalición mundial por el trabajo decente, y destacó cómo Benedicto XVI, en Caritas in veritate, dio contenido teológico y social al concepto:

“El trabajo decente es aquel que, en cualquier sociedad, exprese la dignidad esencial de todo hombre o mujer, un trabajo libremente elegido que asocie efectivamente a los trabajadores, sin discriminación, en la vida de su comunidad… y asegure una condición digna a los trabajadores que se jubilen”.

Francisco: el trabajo en el corazón de la Iglesia

Canales subrayó que con el papa Francisco “comienza una etapa decisiva” en la que el trabajo se convierte en un eje transversal de su magisterio, presente en Evangelii gaudium, Laudato si’ y Fratelli tutti, “reforzado por una intensa pastoral en las periferias”.

“En Evangelii gaudium, Francisco perfila su programa de pontificado con la imagen de una Iglesia en salida, pobre y para los pobres, que toma la iniciativa y se embarra en la vida de la gente. Denuncia una economía que mata, que desecha y descarta”, explicó Canales.

El director de Noticias Obreras insistió en que la inclusión social de los pobres “solo es posible a través del trabajo”, y recordó que Francisco lo define como libre, creativo, participativo y solidario, siendo este último adjetivo una novedad que “abre el camino a la reducción de la jornada laboral, al salario mínimo, a políticas públicas activas y al reparto justo de los beneficios”.

En Laudato si’, señaló, el Papa “propone preservar el trabajo ante el impacto de la tecnología y entenderlo como una relación que implica siempre cuidado”. Y en Fratelli tutti, añadió, “reafirma que el trabajo promueve el bien del pueblo, genera relaciones sanas, favorece el crecimiento personal y perfecciona el mundo”.

Los movimientos populares y las 3T: una alianza desde las periferias

Uno de los ejes más inspiradores de la ponencia fue la referencia de Canales a la relación del papa Francisco con los movimientos populares, una de las novedades más relevante de su pontificado. “Son —afirmó— comunidades y organizaciones de base que se levantan desde la exclusión, la precariedad y la informalidad, desde la humanidad sufriente, para defender los derechos esenciales que garantizan la vida de las personas y de los pueblos. Se organizan porque nadie se salva solo, porque ninguna persona puede atender por sí misma sus necesidades más básicas”.

El ponente recordó que el Papa convocó a estos movimientos en cuatro encuentros mundiales, celebrados entre 2014 y 2021, donde dialogó directamente con trabajadoras y trabajadores humildes y sin derechos, campesinos, migrantes, recicladores, cooperativistas, vecinos sin vivienda o sin tierra, sindicalistas y militantes sociales de todo el mundo. “Allí —subrayó— no habló desde un púlpito, sino desde el mismo suelo de la vida cotidiana, escuchando los clamores del trabajo precario, de la falta de techo y de la tierra privatizada”.

De esos encuentros surgió el lema de las 3T: tierra, techo y trabajo, que el Papa definió como “sagrados derechos”, los mínimos indispensables para que una sociedad pueda considerarse justa.

“La tierra —explicó Canales— representa el sustento, el territorio habitable, la posibilidad de una vida arraigada; el techo, la vivienda digna, ese espacio donde se construye familia, seguridad y proyecto; y el trabajo, el camino de dignidad y fraternidad, de cuidado de los otros y de la casa común”.

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Francisco, añadió, considera a estos movimientos “poetas sociales”, porque “construyen esperanza en medio del sufrimiento y se convierten en fermento de transformación social”. En Fratelli tutti, el Papa retoma esa imagen para reivindicar una “solidaridad que nace desde abajo”, con la que la persona cristiana “puede acompañar los procesos del pueblo y no sustituirlos”.

“Estos movimientos —recordó Canales— han demostrado que la fraternidad no es un discurso moral, sino una práctica que se traduce en organización, ayuda mutua y lucha por derechos. Son una verdadera escuela de dignidad humana”.

Asimismo, señaló que Francisco amplió posteriormente esa visión con un segundo conjunto de 3T: trabajo/tradición, tiempo y tecnología, presentadas en un encuentro con sindicalistas de todo el mundo, para orientar el desarrollo humano sostenible en la era digital. “Tres coordenadas —dijo Canales— que invitan a cuidar la memoria de la cultura obrera, a garantizar tiempo para la vida y el descanso, y a domesticar la tecnología poniéndola al servicio de la persona y del bien común”.

Con esta parte de la conferencia, Canales quiso evidenciar cómo el trabajo decente se conecta con un proyecto más amplio de justicia social y de cuidado del planeta, donde la Iglesia, desde su misión pastoral, debe seguir siendo “una aliada de quienes buscan tierra, techo y trabajo para todos y todas”.

León XIV y los nuevos signos de los tiempos

En la parte final de su intervención, Canales situó su mirada en la nueva etapa que se abre con el pontificado de León XIV, sucesor de Francisco, a quien definió como “un Papa que quiere proseguir el camino de la justicia social y la cercanía a las periferias, desde una espiritualidad encarnada en el mundo del trabajo”.

Subrayó que su propio nombre “evoca la Rerum novarum de León XIII, texto fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia que inauguró la reflexión cristiana sobre la cuestión obrera”, y que este gesto “no es solo simbólico, sino programático”.

“León XIV quiere seguir situando la dignidad de las personas trabajadoras en el centro del pensamiento social cristiano, retomando el hilo de continuidad que une a León XIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco”, señaló.

El ponente destacó algunos signos iniciales de su pontificado, como su apuesta por actualizar la Doctrina Social de la Iglesia desde la vida de las personas trabajadoras y de los movimientos populares, su estilo de diálogo del centro hacia las periferias y su voluntad de favorecer la encarnación en las Iglesias locales, junto a quienes promueven el bien común desde el compromiso social y sindical.

Pero la novedad más significativa, apuntó Canales, es el anuncio de la primera exhortación apostólica de León XIV, titulada Dilexi te (Te he amado), firmada el 4 de octubre, y que será presentada oficialmente el próximo jueves 9 de octubre en el Vaticano.

“Sabemos —señaló Canales— que este texto será un documento de gran profundidad pastoral sobre el amor a los pobres, donde León XIV recogerá el testigo de Francisco y, necesariamente, deberá hacer referencia a los trabajadores y trabajadoras excluidos o sin derechos”.

Esta exhortación, en su opinión, continuará situando “el trabajo en el corazón de la Iglesia, en sintonía con la tradición social católica, pero mirando de frente las heridas del presente: la precariedad, la desigualdad, la siniestralidad laboral, el impacto de la inteligencia artificial…”.

“Estamos ante un pontificado que quiere escuchar la voz de los pueblos y de los trabajadores”, afirmó Canales, “y que nos invita a reavivar la esperanza desde las periferias del trabajo, allí donde se juega cada día la dignidad humana y la posibilidad de una vida buena”.

El turno de diálogo con los asistentes concluyó en un clima de esperanza compartida, sabiendo que “que nuestra entrega es necesaria y es generadora de esperanza. Que las cosas pueden cambiar, pese a esta globalización de la impotencia que comienza a imperar… Para que el mal, la injusticia, no tengan la última palabra”.

Próximos actos en Huelva

En la clausura, Villamarín animó a las personas y entidades asistentes “a seguir caminando juntos en el compromiso de avanzar hacia una sociedad con trabajo decente”.

Además, invitó a participar en los actos previstos para este martes, dentro de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente: A las 19:30 horas, un gesto comunitario con lectura de manifiesto en la Plaza de las Monjas (se solicita asistir con camiseta oscura), y a las 20:00 horas, la celebración de la Eucaristía en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción.