Pastoral de las familias obreras

Pastoral de las familias obreras
La pastoral del trabajo de la Iglesia española ha recorrido tres décadas. Inicia ahora un tiempo de escucha y diálogo que permita impulsar y renovar esta pastoral clave en la misión evangelizadora de la Iglesia. En este sentido, Noticias Obreras se plantea acompañar este proceso incorporando a esta conversación algunos textos que pueden ayudar a concretar este camino. Este tema del mes es el primero de ellos.

Conviene recordar que el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española situó, a través de una profunda reflexión sobre el conflicto social, que el problema antropológico era la clave de la cuestión social y el proyecto de humanización era el quehacer fundamental del ser humano.

En síntesis, este planteamiento parte de que el mundo obrero y del trabajo no padecía ni padece únicamente malas condiciones laborales, sino que era y es la propia existencia humana la que estaba siendo erosionada y sometida a mutación.

Este proceso de transformación impuesto suponía la expropiación de las capacidades humanas por parte del sistema de producción y consumo en su proceso histórico, sustituyendo la fuerza por energía (animal, vapor, eléctrica, etc.); las habilidades profesionales por procesos mecánicos, automáticos y robóticos; los conocimientos profesionales por paquetes informáticos incorporados al proceso productivo.

Este proceso de sustitución tiene una consecuencia fatal: despoja a la persona de su profesión y del control de su trabajo. Los trabajadores y las trabajadoras son fácilmente sustituibles, porque lo que se requiere son habilidades simples y primarias. «Lo que tiene que hacer se lo enseño yo, lo que necesito es que sea puntual, responsable, colaborador y con ambiciones». Esto decía un empresario que se ofrecía para contratar a personas sin trabajo.

También puedes leer —  Iglesia por el Trabajo Decente denuncia que la siniestralidad laboral "aumenta dramáticamente"

El desarrollo y consolidación de este proceso ha generado unas relaciones laborales dominadas por la flexibilidad, de modo que ya no se trabaja en la misma empresa, ni en la misma ciudad, ni en la misma profesión, ni con el mismo horario y ni con el mismo salario; y por la precariedad, para así disponer de la mano de obra en el momento que la necesita y prescindir de ella cuando no es necesaria, como una máquina que se conecta y desconecta a voluntad.

La precariedad y la flexibilidad han cambiado y moldeado la relación fundamental que existe entre persona, familia y sociedad. Relación muy condicionada por el trabajo y los derechos asociados a él.

Las personas y las familias necesitan disponer y cultivar cuatro tiempos y espacios: el tiempo como espacio personal, como espacio familiar, como espacio de producción como espacio social para las relaciones sociales, los compromisos, etc.

El modelo socioeconómico de precariedad y flexibilidad, resultante de la sustitución de la fuerza, la habilidad y los conocimientos, ha sobredimensionado el tiempo como espacio de producción –aunque se trabaje menos horas, la persona pierde el control del tiempo y tiene menos tiempo para hacerlo coincidir con el de los demás– empequeñeciendo el tiempo personal, familiar y social, que han sido sustituidos por el tiempo-espacio de consumo y dota de identidad y sentido encubriendo la pérdida del resto de dimensiones del tiempo.

Contenido exclusivo para personas o entidades suscritas. Para seguir leyendo introduce tus datos o suscríbete aquí. Si no los recuerdas, haz clic aquí

 

One thought on “Pastoral de las familias obreras

Comments are closed.