Para seguir aprendiendo…

Para seguir aprendiendo…

Las visitas que hace la comisión permanente a las diócesis son fundamentales para contrastar nuestra misión comunitaria y conocer las dificultades para llevar a cabo las tareas aprobadas. En estas últimas semanas estuvimos en varias de ellas donde comprobamos cómo viven la militancia hoacista el compromiso, la fidelidad a la Iglesia y al mundo obrero.

De estas visitas habría que resaltar muchos momentos especiales: encuentros, gestos fraternos, reflexiones y diálogos, pero también relaciones con otras organizaciones en las que experimentamos que es posible tejer redes y que son varias las iniciativas sociales y eclesiales que dedican esfuerzos a trabajar junto a otras, para hacer una sociedad distinta.

Merece mención aparte el acercamiento a la militancia más mayor, aquellos de los que tenemos que hacer memoria agradecida porque sus testimonios han ido abriendo camino al Evangelio en el mundo del trabajo y siguen aún en la tarea. Todo un ejemplo a seguir.

Recuerdo especialmente una mañana donde nos encontramos con varios de ellos. La oración y el diálogo nos fortalecieron el ánimo. Descubrimos la riqueza de sus vidas dedicadas a la misión. Tras muchos años de militancia, esto se nota en todo lo que dicen y hacen y en cómo lo hacen.  Mientras discurría la conversación tranquila, nos contaban momentos pasados; también cómo han ido perdiendo a miembros de sus equipos y cómo los hacen presentes en su oración y en sus reuniones. Ahí descubres la autenticidad de esas vidas y como a pesar de los años siguen desarrollando una experiencia de militancia hoacista en la que:

Viven la espiritualidad. Desde la oración y la formación en ese poner en diálogo la fe con la vida que para ellos es tan habitual. Su reflexión sobre los temas acordados es precisamente diálogo que acaba en la toma de decisiones sobre cómo van a seguir actuando personalmente y como equipo.

Viven la comunión: A pesar de las distancias, la falta de movilidad o los problemas de salud siguen manteniendo reuniones de equipo, preocupándose por las circunstancias de sus vidas y las de sus familias, acompañando y cuidando en la medida de sus posibilidades. También participando en encuentros, reuniones y asambleas en las que aportan su experiencia y su visión ante los nuevos procesos que vamos abriendo en la HOAC. Y lo hacen desde una reflexión reposada y con una visión de conjunto más amplia que la nuestra.

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Viven el compromiso, incansables. Desde las problemáticas de sus barrios, de las familias más débiles y las situaciones más sangrantes como la migración y la exclusión de las trabajadoras y los trabajadores sin empleo o precarios; acompañando a personas de estas realidades a las que animan con su ejemplo a dejar de mirarse a sí mismos y comprometerse en el cambio que desarrolla el bien común; animando actos, actividades y reivindicaciones.

Son esas personas incombustibles siempre pendientes de lo que hay que hacer, movidas desde la coherencia de la fe en sus vidas. Comprobando la calidad de su militancia somos conscientes del regalo que nos hace el Padre a la HOAC en su fragilidad. Mientras, ellos con su ejemplo callado, como si fuera lo más habitual nos siguen enseñando en qué consiste seguir a Jesucristo. 

Al ser testigo de sus esfuerzos y sus debilidades recuerdas al papa Francisco cuando nos dice: “...quien se ofrece y se entrega a Dios por amor seguramente será fecundo (cf. Jn 15, 5). Tal fecundidad es muchas veces invisible, inaferrable, no puede ser contabilizada. Uno sabe bien que su vida dará frutos, pero sin pretender saber cómoni dónde, ni cuándo. Tiene la seguridad de que no se pierde ninguno de sus trabajos realizados con amor, no se pierde ninguna de sus preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia. Todo eso da vueltas por el mundo como una fuerza de vida” (Evangelii gaudium, 279).

Damos gracias por su testimonio del que queremos seguir aprendiendo. Ahora que hablamos de la extensión y la iniciación creo que el futuro de la HOAC tiene mucho que ver con este saber gastar la vida por los demás.