La Iglesia en la Educación. Presencia y compromiso
En el momento de reflexión para el inicio del denominado proceso sinodal, el papa Francisco señalaba que «las palabras clave del Sínodo son tres: comunión, participación y misión».
Era el 9 de octubre de 2021. Hoy, estas tres palabras quieren seguir siendo clave de la presencia y compromiso de la Iglesia en la educación en nuestro país.
El pasado mes de abril, la asamblea plenaria de los obispos de la CEE aprobaba la celebración de un congreso que, bajo el lema «La Iglesia en la Educación. Presencia y compromiso», está planteado como momento de encuentro y reflexión conjunta de toda la comunidad educativa para profundizar en la conciencia de nuestra propuesta educativa en este particular momento histórico, potenciar el trabajo en red a todos los niveles, diocesano y general, e impulsar el apoyo mutuo. Una presencia de la Iglesia, amplia y articulada en los diversos ámbitos educativos a lo largo de los siglos como expresión de lo más humano y parte esencial de su misión, llamada de nuevo ahora, con la cabeza y el corazón en momento presente, a responder con creatividad y fidelidad a esta misión. Una presencia que significa sostener las propias iniciativas e instituciones siendo conscientes de la identidad cristiana, procurando encontrar la forma de continuar la propia misión en circunstancias demográficas, sociales y culturales muy cambiantes; buscando, por tanto, colaboración, compartiendo recursos, acompañándose entre todos en la tarea, especialmente en las Iglesias particulares. La presencia es así un desafío, un compromiso para el cumplimiento de la propia misión eclesial.
Planteado como un itinerario participativo en varias fases, el congreso 2024 tiene diversos objetivos. Entre ellos, convocar a los agentes, personas e instituciones, implicados en la educación católica en sus diversos ámbitos para fortalecer la comunión y el caminar conjunto; valorar el impacto social y cultural de los diversos proyectos educativos de la Iglesia y su servicio al bien común; reconocer los desafíos que el momento presente plantea a la educación, en general, y a la educación católica, en particular, y celebrar la presencia y compromiso de la Iglesia en la educación renovándolo desde la permanente novedad del Evangelio para impulsar una cultura del diálogo.
Desde su convocatoria, este congreso planteó los trabajos de organización junto al conjunto de diversos actores educativos, constituyéndose los denominados «equipos motores» de cada uno de los nueve ámbitos educativos que abarca este congreso, así como de otras áreas como la logística y la comunicación. Procedentes de las delegaciones diocesanas, de entidades que agrupan a diversas titularidades y proyectos, y de foros profesionales con los que se venía colaborando, estos equipos propusieron diversas experiencias de cada uno de estos ámbitos educativos para que, a lo largo del mes de octubre, pudieran ser dadas a conocer. Así, cada lunes y miércoles de octubre se retransmitieron en directo, desde diversas diócesis en cada ocasión, nueve paneles a través de los cuales se presentaron un total de 78 experiencias. Todas ellas han quedado recogidas en la web y constituyen una primera fuente de reflexión para el camino que queremos recorrer.
Paralelamente, desde octubre de 2023 hasta enero de 2024, se han abierto formularios en la web de cada panel para que todos los miembros de la comunidad educativa puedan dar conocer alguna dimensión específica de la educación católica, así como compartir la propia reflexión, en cada uno de los ámbitos educativos identificados («Comparte tu Experiencia» y «Comparte tu Reflexión»). Las aportaciones recibidas se unirán a lo compartido en los paneles, constituyendo todo ello el material de partida con el que llegaremos al segundo hito en este itinerario, que tendrá lugar en la mañana del sábado 24 de febrero de 2024, en Madrid.
Un congreso 2024 que quiere ser
espacio de comunión, participación
y misión; punto de llegada y punto de
partida, oportunidad para el encuentro,
la escucha y el diálogo educativo
Ese día, se iniciará con encuentros presenciales por ámbitos educativos (de 11:00 a 14:00 h). Hemos elegido este formato presencial porque nos parece fundamental la escucha mutua y dar, a todos y a cada participante, su espacio, su palabra, su voz. La dinámica de la mañana consistirá fundamentalmente en tres momentos diferenciados: tras un saludo inicial de bienvenida, se dará cuenta de la síntesis de las aportaciones recibidas en estos meses. Tras este primer momento de escucha, hemos pedido a algunas personas vinculadas profesionalmente a cada uno de los ámbitos educativos, presentarnos –desde el horizonte en el que se sitúan (internacional, europeo, nacional o local)– qué desafíos perciben para ese ámbito educativo en particular. Será un momento que nos permitirá elevar la mirada y situar la reflexión en un horizonte más amplio. Un tercer escenario será el de la participación directa de quienes nos hemos convocado esta mañana en cada ámbito educativo, momento en el que la invitación será a identificar y reconocer los desafíos de la educación cristiana en el s. XXI, completando así el camino recorrido. Itinerario que culminará, por la tarde, con un encuentro conjunto de todos los ámbitos en el Palacio Municipal de Congresos de IFEMA (de 16:00 a 19:00 h), para celebrar y renovar el compromiso de la Iglesia con la educación. Contaremos para este momento de la tarde con tres intervenciones que, desde miradas distintas –la eclesial, la civil y la perspectiva histórica–, nos conducirán por lo que bien podría considerarse un elogio de la Educación.
Un congreso 2024 que, como señalábamos al inicio, quiere ser espacio de comunión, participación y misión; punto de llegada y punto de partida, oportunidad para el encuentro, la escucha y el diálogo educativo, al que cada persona está invitada a unirse. Ocasión precisa, momento adecuado para avanzar juntos como Iglesia en la Educación. •
Directora del Secretariado
Comisión Episcopal para la Educación y Cultura CEE