El Papa desafía a las élites de Davos a la “urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación”

El Papa desafía a las élites de Davos a la “urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación”
FOTO | Valeriano Di Domenico. Vía weforum.org
¿Cómo es posible que en el mundo actual la gente siga muriendo de hambre, sea explotada, condenada al analfabetismo, carezca de atención médica básica y se quede sin techo?, clama el papa Francisco en su mensaje a las élites económicas y políticas reunidas en el Foro de Davos.

La inestabilidad internacional; las “guerras modernas”; la injusticia del hambre; la explotación de los recursos naturales y de las personas trabajadoras “hombres, mujeres y niños obligados a trabajar por salarios bajos y privados de perspectivas reales de desarrollo personal y crecimiento profesional”; la globalización y su dimensión moral; el desarrollo integral y solidario de la humanidad, la cooperación internacional para la consecución del bien común y la paz, son los temas abordados por el papa Francisco en su discurso al Foro Económico Mundial.

En su intervención, Francisco ha expresado su profunda preocupación por la creciente inestabilidad internacional, destacando la importancia de abordar los desafíos actuales ante la “urgente necesidad de avanzar en la cohesión social, la fraternidad y la reconciliación” en la casa común, pidiendo a las élites económicas y políticas a explorar vías innovadoras y eficaces, en la reunión anual del Foro de Davos.

En el contexto de esa inestabilidad que vive el mundo, —de desigualdad y desconfianza, añaden los sindicatos y organizaciones sociales–, el pontífice ha enfatizado que “las guerras modernas ya no tienen lugar únicamente en campos de batalla claramente definidos, ni implican únicamente a soldados. En un contexto en el que parece que ya no se respeta la distinción entre objetivos militares y civiles, no hay conflicto que no acabe de alguna manera golpeando indiscriminadamente a la población civil”.

“No basta con dejar a un lado los instrumentos bélicos, sino que hay que afrontar las injusticias que son la raíz de los conflictos”, ha pedido, para recordar que “entre las más significativas está el hambre, que sigue asolando regiones enteras del mundo, mientras otras se caracterizan por un excesivo desperdicio de alimentos”.

Explotación laboral generalizada

En este sentido, el papa Francisco ha continuado señalado la injusticia que suponen “la explotación generalizada” de hombres, mujeres y niños, que son “obligados a trabajar por salarios bajos y privados de perspectivas reales de desarrollo personal y crecimiento profesional”. En este punto, el Papa ha planteado una pregunta que debería causar vergüenza a las élites: “¿cómo es posible que en el mundo actual la gente siga muriendo de hambre, sea explotada, condenada al analfabetismo, carezca de atención médica básica y se quede sin techo?”.

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Del proceso de globalización, Francisco ha subrayado su dimensión moral, pidiendo a los Estados y empresas a que promuevan modelos éticos y sostenibles, que “deben implicar la subordinación de la búsqueda del poder y el beneficio individual, ya sea político o económico, al bien común de nuestra familia humana, dando prioridad a los pobres, los necesitados y los que se encuentran en situaciones más vulnerables”.

También al mundo de los negocios y las finanzas les ha exigido que adopten “elevadas normas éticas” que permitan “el objetivo de un desarrollo integral y solidario” global, especialmente en relación con los países menos desarrollados “que no deberían estar a merced de sistemas financieros abusivos o usureros”.

Acción política internacional coordinada

Francisco ha concluido su mensaje llamando a una acción política internacional coordinada instando a las estructuras intergubernamentales y organizaciones internacionales a desempeñar un papel efectivo en la búsqueda del bien común y la igualdad para todos, “ya que la consecución del bien común es un objetivo fuera del alcance de los Estados individuales, incluso de los dominantes en términos de poder, riqueza y fuerza política”. El desafío actual que debemos enfrentar es la lucha contra la pobreza, buscar un desarrollo humano integral y la convivencia pacífica.