Trabajadores y activistas hacen suyas las propuestas de Francisco a los Movimientos Populares

Trabajadores y activistas hacen suyas las propuestas de Francisco a los Movimientos Populares
Trabajadores y defensores de los derechos humanos valoran el respaldo de Francisco y toman nota de sus propuestas, en especial sobre el reparto del trabajo, el salario universal y la liberación de las patentes de la COVID-19.

Charo Castelló, militante de la HOAC y representante del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos en el comité organizador de los encuentros mundiales de movimientos populares, reconoce que le enorgullece que el papa Francisco vuelva a calificar a los movimientos populares como “poetas sociales”. Es una manera de valorar nuestro esfuerzo por anunciar la esperanza, “una tarea absolutamente noble y civilizadora en un mundo que para tantas personas es realmente muy duro, donde no hay un verdadero proyecto de humanidad común”.

“Nos indica que el camino es el de la comunión, de la solidaridad, de lo colectivo”

También agradece la mención a los “samaritanos colectivos”, que es más que la buena acción que pueda hacer una persona: “nos indica que el camino es el de la comunión, de la solidaridad, de lo colectivo, no podemos superar la crisis en solitario, sino que tenemos que organizarnos y unirnos”.

En cuanto a sus propuestas y llamamientos, coincide en el importante papel de la Doctrina Social de la Iglesia para cambiar las estructuras de pecado que ha nombrado el Papa, porque “son criterios que nos permiten hacer el cambio hacia un modelo social económico y humano diferente”, de lo que se entiende que “es fundamental que en Iglesia se lo tome en serio, porque es la manera de vivir el Evangelio encarnado que trasciende las parroquias y llegue a la calle para conectar con las vidas concretas de las personas”.

A su juicio, es importante también, como ha señalado Francisco, la apelación a una “nueva gobernanza internacional desde lo pequeño, a partir de la cultura del encuentro, con la participación de los movimientos populares, como constructores de esperanza, en medio de tantas dificultades, que son capaces de hacer posible el reino de Dios”.

Ha sido reconfortante poder escuchar con tanta claridad de boca del papa Francisco, “la propuesta sobre el ingreso básico o salario universal, “del que tanto tiempo llevamos hablando, para que todas las personas, incluidas las mujeres, puedan vivir realmente con dignidad”.

Muy reveladora ha sido igualmente, en su opinión, la llamada a “abrir la reflexión a nivel internacional de la reducción de la jornada laboral, como una herramienta “para que las personas tengan realmente las posibilidades de sentirse dignas colaborando con la creación y la sociedad”

Además, se muestra “encantada” de haber escuchado cómo “el mensaje de Jesús, del Evangelio, tiene mucho que ver con nuestra vida personal y colectiva” y se puede “traducir a un lenguaje que podemos entender y que mueve a enamorarnos del proyecto cristiano”.

Ahora que Castelló está especial sensibilizada con la función de los sistemas públicos de protección social ha reconocido que el impacto que han tenido las palabras del Papa sobre la importancia de desarrollar en todo el mundo sistemas que permitan el cuidado de la vida.

El director del Departamento de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal, Antonio J. Aranda, ha destacado “el ejemplo que nos da el papa Francisco al visibilizar la realidad del mundo del trabajo, como ha hecho en este caso”, lo que entiende como una invitación a ser “una Iglesia compañera de camino de las personas trabajadoras, especialmente las más pobres y las abandonadas en las periferias de nuestras sociedades”.

En su opinión, “también como Iglesia en España debemos de avanzar en este camino de hacer visibles a los excluidos y marginados en las periferias sociales y políticas. Nos jugamos nuestra credibilidad como Iglesia servidora de los pobres”.

“El salario universal y el reparto del trabajo deben de estar en nuestras agendas eclesiales y debemos promover un debate social que lo posibilite”

Aranda ha apuntado dos temas importantes para la propia Pastoral del Trabajo como es el reparto del empleo, dada la dignidad que da el trabajo, nos ha dicho, “no puede ser que unos estén agobiados por el exceso de trabajo y otros por la falta de trabajo” y la llamada renta básica, pues “si no hay trabajo para todos o el trabajo que tenemos no nos saca de la pobreza, al menos debemos tener lo suficiente para vivir dignamente”.

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Estas dos propuestas, sigue, “deben de estar en nuestras agendas eclesiales y debemos promover un debate social que lo posibilite”.

Javier Alonso, portavoz de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, ha asegurado que “como siempre, Francisco ha estado a la altura del evento con palabras llenas de justicia y de verdad hacia los movimientos populares, que tan comprometidos están en la lucha por la superación de las estructuras injustas”.

“La esencia de la Doctrina Social de la Iglesia es vivir con ojos abiertos, corazón sensible y mano pronta”

De modo particular, ha señalado la trascendencia de que haya reivindicado que “apostar por la Doctrina Social de la Iglesia es apostar por el Evangelio”, que en esencia supone vivir “con ojos abiertos, corazón sensible y mano pronta”.

“Las palabras del Papa han sido muy amables con los movimientos populares, les ha agradecido el coraje con que se esfuerzan y la esperanza que aportan en los lugares donde más miseria y más pobreza, además ha apostado por seguir caminando con ellos, por dejarse alumbrar, como hizo Jesucristo que se puso del lado de los pobres y excluidos”. De hecho, ha contado como estudia sus propuestas y las contrasta con expertos en el Vaticano.

Para el secretario general de USO, Joaquín Pérez, ha sido muy positivo que el Papa hiciera mención a las organizaciones del mundo del trabajo: “nos anima a no dejarnos encorsetar ni corromper, a soñar juntos, trabajar, colaborar y escucharnos, y sobre todo a no perder la esperanza”, ha subrayado.

“Es un acierto señalar que la respuesta pasa por el trabajo, por un salario digno y regulado”

Considera un acierto que Francisco haya señalado que la respuesta a la inequidad y deriva del sistema actual pasa por “el trabajo, por un salario digno y regulado”, así como que haya advertido de la paradoja de que exista gente sin trabajo y gente que no puede desarrollar su vida “por el tiempo que le dedica” al trabajo.

Pérez también se queda con el llamamiento de reconocer el sufrimiento y la necesidad ajenas como propias, “sin ignorar al que esté caído porque significa ignorar nuestra propia humanidad”.

Ha tenido “especial interés”, sigue Pérez, su reafirmación en que hay alternativa, de que es posible otro sistema económico, “otras estructuras socioeconómicas” y valora su defensa por del “bien común y el destino de los bienes, junto a ese llamamiento de la cultura de la solidaridad”.

Igualmente, le ha parecido muy significativo que por “dos ocasiones”, el obispo de Roma haya insistido en la necesidad de esquemas fiscales redistributivos justos”, en su mensaje de “escucha a los más débiles”; de “denuncia

“Tomemos conciencia de las injusticias existentes y de la necesidad de que el mundo pospandemia no repita los errores anteriores”

Isabel Cuenca, de Justicia y Paz España, presente en el encuentro, se ha fijado en la fuerza de “los testimonios de distintas personas y de distintos lugares del mundo”, por su impulso a que “tomemos conciencia de las injusticias existentes y de la necesidad de que el mundo pospandemia no repita los errores anteriores”.

Pero también, insiste que a pesar de la denuncia, el mensaje de este encuentro ha sido de “esperanza”. “He visto a un papa solidario con estos movimientos que según él sirven para discernir y proponer acciones conjuntas”, ha afirmado.

Seguramente, no pase desapercibido su llamamiento, “en el nombre de Dios” a liberar las patentes de las vacunas, condonación de la deuda a lis países con grandes dificultades, protección de los bosques, cese de actividad de los fabricantes de armas… Su “soñemos juntos” ha sido muy esperanzador.