El arzobispo de Valencia se suma a las voces que piden reducir la jornada laboral y una regularización extraordinaria de migrantes

El arzobispo de Valencia se suma a las voces que piden reducir la jornada laboral y una regularización extraordinaria de migrantes
FOTO | Jornada Mundial por el Trabajo Decente (Valencia, 7/10/2024)
Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, propone una serie de medidas para promover una mayor justicia social en el mundo del trabajo, abordando cuestiones clave como la reducción de la jornada laboral, el acceso a la vivienda digna, la calidad de los servicios públicos y la regularización de personas migrantes, entre otras cuestiones

En una carta pastoral titulada Por un trabajo digno para todos, publicada con motivo de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, Enrique Benavent, arzobispo de Valencia, pide realizar una reflexión sobre las condiciones laborales y su impacto en la dignidad de la persona. El prelado, señala que “que las condiciones laborales y los derechos de los trabajadores han ido mejorando en general y se respetan más que en otras épocas” pero la realidad nos recuerda “que todavía hay mucho camino que recorrer”.

Benavent escribe la situación del mundo del trabajo destacando la alta siniestralidad laboral con resultado de muerte, el desempleo estructural “que no acaba de desaparecer”, la situación de disponer de trabajo que “no garantiza salir de la pobreza”, la “elevada” temporalidad y “la pérdida del poder adquisitivo de los salarios que actualmente se ve agravada por el elevado coste de la vivienda (algunos estudios indican que desde el año 2008 al 2022 el poder adquisitivo ha bajado en un 9,5%)”, según apunta, entre otras situaciones de dificultad.

Todas ellas, en su opinión, “socavan  la dignidad de muchas personas y nos recuerdan que nos queda todavía mucho que hacer para llegar a una auténtica justicia social. Además, no podemos olvidar que cuando una persona más necesitada se encuentra, más expuesta está a ser víctima de alguna de las situaciones que hemos mencionado: se estima que alrededor de 500.000 trabajadores son migrantes sin derechos; lo que favorece la persistencia de la economía sumergida”.


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“Que todos puedan llegar a tener un trabajo digno”

El arzobispo de Valencia propone, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, trabajar en la dirección de reducir la jornada laboral; garantizar el acceso a una vivienda digna; a “unos servicios públicos de calidad; la regularización de las personas migrantes que de hecho están realizando trabajos para poder subsistir, a menudo en condiciones infrahumanas”, denuncia.

Además, el también miembro de la comisión permanente y de la ejecutiva de la Conferencia Episcopal, emplaza a comprometerse para hacer lo posible “para que las actividades laborales sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente para que las generaciones futuras reciban de nosotros una casa común habitable; crear entornos laborales con derechos participativos y seguros, donde su promueva el cuidado integral de todas las personas trabajadoras” como camino que garantice “que todos puedan llegar a tener un trabajo digno”, concluye.