Trabajadoras y trabajadores cristianos de Málaga ponen el foco en la relación entre trabajo, vivienda y dignidad

Trabajadoras y trabajadores cristianos de Málaga ponen el foco en la relación entre trabajo, vivienda y dignidad
Militantes del movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos en Málaga han mantenido un encuentro para concretar líneas de acción en el marco de la campaña Cuidar el trabajo, cuidar la vida y profundizar en uno de los principales desafíos sociales del momento: la ruptura del vínculo entre trabajo, vivienda y dignidad

El encuentro sirvió para reflexionar colectivamente sobre cómo crear condiciones laborales justas, poner viviendas a disposición de las personas y preparar la implicación del movimiento ante la celebración, en 2026, del Año de la Seguridad y la Salud en el Trabajo en España, declarado por el Gobierno con motivo del 30 aniversario de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales.

Según explicó el presidente diocesano de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga, José Luis Fernández Orta, uno de los temas principales de la reunión fue analizar “el influjo de las condiciones de la vivienda en las del trabajo y viceversa”, una relación cada vez más determinante en la vida cotidiana de miles de personas trabajadoras.

“Vivimos unas condiciones de acceso a la vivienda que impiden que las personas tengan posibilidad de llevar una vida digna”, afirmó. En su análisis, alertó del impacto que está teniendo el modelo urbano basado en el alquiler vacacional y la especulación inmobiliaria. “Se está generando una ciudad volcada en el alquiler vacacional y la especulación con la vivienda que hacen insostenible soportar los precios de los alquileres o la compra de una vivienda habitual”, subrayó.

Una situación que, según indicó, desborda incluso la función tradicional del trabajo como garante de autonomía y estabilidad vital. “Ni siquiera el trabajo está permitiendo hoy el alquiler o la compra de una vivienda”, denunció, especialmente cuando los contratos son precarios o no cumplen la legislación, alejándose de un trabajo decente.

Precariedad que se ceba con migrantes, mujeres y jóvenes

Desde la experiencia militante, el movimiento constata que esta realidad golpea con especial dureza a quienes ya se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad. “La situación se agrava entre los migrados, las mujeres y los jóvenes”, señaló Fernández Orta.

En este sentido, la militancia hoacista compartió casos en los que la falta de acceso a una vivienda compatible con los salarios ofrecidos ha llegado a impedir aceptar un empleo, incluso temporal. Un hecho que evidencia hasta qué punto vivienda y trabajo han dejado de ser derechos garantizados para amplias capas de la población.

Otro de los ejes del encuentro fue la preparación ante la celebración en 2026 del Año de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Desde Málaga, el movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos quiere vincular esta efeméride a la cultura de la prevención, a la reducción de la siniestralidad laboral, pero también a una lectura ética y de pastoral del trabajo.

“Ponemos nuestra mirada en los accidentes laborales que condicionan la vida de aquellos que los sufren junto con sus familias”, expresan. En este contexto, la organización eclesial asume una llamada explícita a la coherencia interna: “Es tarea de la Iglesia ser ejemplo de que es posible crear condiciones laborales justas y que la vivienda y edificios que poseemos se pongan a disposición de las personas en vez de ponerlas al servicio del lucro y la especulación”.

El compromiso se extiende también al acompañamiento y la denuncia. “También es deber nuestro acompañar a las víctimas de esos accidentes laborales y denunciar cuando se vulneran derechos fundamentales como el de no poner la vida al servicio del trabajo”, subrayan, en una afirmación que conecta directamente con la Doctrina Social de la Iglesia y con el magisterio reciente del papa Francisco.

Gestos públicos

De cara a los próximos dos años, la organización ha avanzado que desarrollará una serie de gestos públicos y comunicados con el objetivo de sensibilizar tanto a las comunidades eclesiales como a la sociedad en su conjunto. “Queremos invitar a toda la sociedad a trabajar en favor de aquellos que más están sufriendo el problema de la vivienda y el de los accidentes de trabajo”, concluyen.