Pascua: la dignidad humana es infinita

Los escribas y los fariseos –ni admiradores ni discípulos de Jesús–, en estricta y trágica fidelidad a «la ley de Yahvé» ofrecida en el Antiguo Testamento, traen a una mujer para matarla a pedradas (Jn 8, 1-11).
Jesús resuelve tal inhumana situación requiriendo coherente responsabilidad a esos incoherentes acusadores y predispuestos asesinos. Las mujeres siguen siendo asesinadas hoy. En nuestra militancia por la justicia, podemos practicar toda acción liberadora al estilo de Jesús, tan pacífica como contundentemente.
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Consiliario de la HOAC-Rioja y párroco en Logroño
Doctor en Teología Pastoral. Profesor de Teología en Madrid y en Vitoria
Autor de El principio compasión. Vivir desde una ética samaritana (PPC 2020)