La esperanza que no defrauda

«La esperanza que no defrauda» (Rom 5, 5) este es el mensaje central del Jubileo de este año que ha proclamado el papa Francisco.
El jubileo era muy muy terrenal para los judíos, nuevas oportunidades, se recupera la libertad, las tierras… ¡todo comienza de nuevo! «Proclamarán la liberación para todos los habitantes del país» (Lev 25, 8-13ss). El Dios en quien creemos es un Dios de jubileos del que Él mismo no escapa.
Para todas estas personas que recordamos, que están presentes en nuestros corazones, que han formado parte de nuestras vidas, que han recorrido el camino de la vida, suena el yobel, la trompeta definitiva, la muerte no es el final, para Dios cada persona también tiene su año de gracia. Él se convierte en el liberador de la muerte. Ahora tiene que ver con la promesa del Dios de la vida. La muerte entona su yobel [1] particular y Dios no pide nada que no haya dado Él mismo antes, devuelve la vida, porque es un «Dios de vivos y no de muertos», porque con la Resurrección de Jesús ha estallado el principio esperanza, en él todo ha sido anticipado.
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Consiliario general de la HOAC