Mujeres, Iglesia, sinodalidad
«Tenemos la capacidad de transformar el mundo», así se expresaba en una entrevista Nyaradzayi Gumbonzvanda, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, originaria de Zimbabue, recordando su participación en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, de la que se cumplen 30 años.
«Sabíamos que lucharíamos por estos derechos por el resto de nuestras vidas. Me llamó la atención la posibilidad de comprender el mundo de las mujeres en toda su diversidad; saber que todas nosotras enfrentábamos los mismos problemas de discriminación, pero que nuestro potencial y nuestras experiencias no se tomaban en cuenta en las decisiones. Entendí que podíamos marcar una gran diferencia con nuestras iniciativas individuales y colectivas. El espacio para las mujeres siempre ha sido reducido. El espacio del que gozamos hoy fue conquistado. No podemos dar nada por sentado».
Estas declaraciones se producían ante la celebración del 8 de Marzo, en el marco de la campaña #PorYparaTodas, de la ONU. Gumbonzvanda remarcaba: «El mundo necesita dignidad y empatía, inclusión y no discriminación. ¿Cómo podemos lograrlo? Necesitamos hablar con claridad. Donde haya discriminación, necesitamos nombrar las causas de la discriminación. Nombrarlas es reconocerlas; y al nombrarlas, identificamos dónde radican los problemas para encontrar soluciones».
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Militante de la HOAC.
Responsable de la Pastoral Obrera de la diócesis de Bilbao y miembro del Consejo Asesor de Pastoral del Trabajo de la Conferencia Episcopal Española.
