La Iglesia europea reclama “un nuevo modo de hacer economía” basado en la justicia social

Los obispos europeos piden transformar la economía mundial para que sirva a las personas empobrecidas, al bien común y a la justicia social. Instan a los Estados a “esforzarse por alcanzar el pleno empleo”.
“Pedimos a los países desarrollados, a los grandes propietarios y a las corporaciones que paguen la ‘hipoteca social’ que está ligada a sus propiedades privadas y sus beneficios”, reclama la declaración Una nueva forma de hacer economía, a la conclusión del encuentro organizado por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) –un órgano de la Iglesia cuya función es, en comunión con el Papa, fortalecer la cooperación entre obispos y conferencias episcopales europeas, de la que España forma parte–, que ha reunido en Roma a personas expertas en economía y en Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
Destacó la ponencia del cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, sobre el pensamiento del papa Francisco, así como intervenciones de especialistas como Charles M. Clark, Richard Finn, Stefano Zamagni, Dolores Sánchez y Paul Dembinski, entre otros. Se abordaron temas como la relación entre economía y democracia, la ética en las empresas, el papel de la educación y los desafíos del sistema financiero.
En el comunicado final exhortan “a los parlamentos de cada nación y a las Naciones Unidas que apliquen cada vez más los valores de la justicia y la solidaridad en sus legislaciones”.
La declaración recoge las palabras del papa Francisco en Evangelii gaudium, en las que denuncia la violencia estructural que genera la desigualdad económica. “Así como el mandamiento ‘no matarás’ establece un límite claro para salvaguardar el valor de la vida humana, hoy también debemos decir ‘no matarás’ a una economía de exclusión y desigualdad. Una economía así mata”, denuncian.
En este sentido, este encuentro del consejo de obispos europeos alerta sobre el peligro de la concentración del poder económico y denuncian la existencia de “estructuras de pecado” que perpetúan la injusticia global, como “la carga fiscal impuesta a los países pobres, los paraísos fiscales o el monopolio de unos pocos en la industria de la alta tecnología y la comunicación”.
La opción por los pobres es innegociable
Desde la Iglesia europea se subraya que la lucha contra la pobreza, no es opcional, “no puede delegarse en órganos específicos de la Iglesia o de la sociedad”. Por ello, reclaman a los pastores y comunidades cristianas que acompañen y escuchen a los más vulnerables, “deben escucharlos, y antes que nada, deben escuchar a los pobres y a los que sufren”, exhortan.
De ahí que insista en que la economía no puede estar centrada solo en la maximización del beneficio, sino que “el objetivo último de la economía no debería ser la maximización del beneficio, sino el bien común y la realización de cada persona”, destacan.
Asimismo, reivindican que los mercados “preserven su justa pero no absoluta autonomía” y sean regulados bajo principios éticos, al tiempo que instan a los Estados a “esforzarse por alcanzar el pleno empleo”.
El mensaje concluye con una llamada a la conversión de la economía mundial en este Año Jubilar: “El fruto de la justicia será la paz” (Is 32,17). Si deseamos la paz, debemos construir un mundo más justo”.
Los obispos europeos instan a la comunidad internacional, en este año jubilar de la esperanza, a avanzar hacia “una nueva economía mundial, una economía solidaria que sirva realmente al bienestar de todos”, concluyen.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)