Defender la vida en las fronteras

“Diez mil cuatrocientas veintisiete personas es la cifra oficial de los que han muerto en la ruta migratoria a España en 2024, los no contabilizados, los desaparecidos, son muchos más”. Así lo contó en la jornada de formación organizada por el Secretariado Diocesano para las Migraciones de Almería, Helena Maleno, del Colectivo “Caminando Fronteras”.
Se lo dijo hace unos meses en un encuentro al papa Francisco. “Él quería saber sin intermediarios, y al escuchar esas cifras, lo que hizo el Papa fue llorar y rezar, le dolían esos muertos, y nos dijo: ”Continuad, seguid haciendo lo que estáis haciendo, eso no es pecado”.
En la jornada participaron, personas de asociaciones, colectivos, de distintas parroquias de la capital y la provincia y de diversas congregaciones religiosas. Helena propuso un encuentro dinámico y participativo donde ella iba introduciendo sus ricas aportaciones. En grupos, se pudo compartir lo que entendíamos por “frontera”, cuáles eran nuestras fronteras, qué fronteras veíamos y vivíamos cerca de nosotros y nosotras. Se vio que existen más fronteras sociales que físicas, que muchas veces nos impiden llegar al otro, ponernos a su lado y caminar juntos.
“Existe un gran negocio detrás del fenómeno migratorio. En Libia, los centros de migrantes, pagados por Europa, son usados por las mafias, llaman a las familias de los allí retenidos para extorsionarlas. No quieren que esto se acabe, porque es un negocio, porque se están lucrando por detrás. Las familias están siendo extorsionadas, sin saber si su familiar está vivo o muerto”, relataba Maleno.
A modo de ejemplo describió: “En Argelia, una madre tenía un hijo en un CIE de Barcelona y la madre pagaba una vez al mes a una persona para que cuidase a su hijo. Estas personas, pertenecen a mafias, que hacen esto con miles de familias. A las niñas que llegan a la frontera, no les comprueban la edad, a los niños sí. Dicen que ellas tienen 16 años y sin comprobarlo, se les deja para que sean explotadas por las mafias”.
“No hay efecto llamada, hay necesidad de irse”
Helena Maleno, continuó hablando sobre lo que mal llaman efecto llamada: “No hay efecto llamada, hay efecto expulsión, son expulsados de su países. He visto, literalmente, como los suben físicamente a los cayucos. Son expulsados, por los conflictos en sus países, por falta de recursos, porque a causa del cambio climático los terrenos ya no dan nada”.
“En Senegal, quería que se castigasen “las ganas de irse”, una ley así con este nombre, esa forma de llamarlo, “ganas de irse”, ha hecho que en muchos de estos países, aumenten el racismo y la xenofobia. Por esto, salen huyendo de Libia o de Argelia”.
Mujeres ocultas y explotadas
“Acordaros de las mujeres, de las niñas, están más ocultas, más desaparecidas, más invisibilizadas, vosotros y vosotras podéis hacerlas visibles. Las mujeres vienen con un recorrido migratorio más largo, más duro, donde han sido víctimas de trata en Marruecos y otros lugares antes de llegar aquí. Algunas veces llegan solo sus hijos pequeños, y la gente critica que los hayan mandado solos”, seguía detallando.
En realidad, explicaba, “hay mujeres que no han podido subir a la patera, porque han sido violadas por las fuerzas de seguridad marroquí, pagadas por el gobierno español, no es cierto que hayan abandonado a sus hijos, es que mientras, sus madres estaban siendo violadas. Hay que trabajar para que esas madres no sean separadas de sus hijos”.
En medio de tanto horror, también hay algo de esperanza. “La comunidad congoleña en Marruecos es la primera en tener a una mujer como presidenta. Murieron cinco mujeres congoleñas en una patera y consiguieron que las enterrasen en Rabat, en el cementerio católico y por el rito católico”.
Familiares desaparecidos
Sobre las personas en tránsito a las que se les pierde la pista comentó: “cuando existe una persona desaparecida, la familia no lo olvida, no descansa y continúa buscando a pesar del tiempo. Una persona vino por dos veces a Almería, a denunciar la desaparición de un familiar, no lo dejaron y lo echaban prácticamente a empujones. En un encuentro sobre migraciones, logró hablar con una ministra y pudo poner la denuncia de desaparición en Murcia, se le tomaron muestras de ADN en 2023 y pudo encontrar a dicho familiar que llevaba desde 2021 en una morgue de Málaga”.
Las desapariciones generan un gran dolo. “No quieren que se pongan denuncias por desaparición ante la Policía y les dicen que las pongan en las ONG, pero nosotros vemos que cuando un español desaparece se pone la denuncia en la Policía. Pero no quieren que se pongan denuncias de desaparecidos para que no consten, para que no existan, para que no figuren en ningún sitio”.
Contó Maleno que “el juzgado número 3 de Roquetas ordenó cremaciones de cuerpos y cuando la familia fue buscándolos, se encontraban que sus cuerpos habían sido incinerados”.
La realidad es que “hay padres y madres que buscan a sus hijos desaparecidos, han muerto pero continúan esa búsqueda porque no tienen constancias. Hay muchas personas desaparecidas, las familias necesitan hacer su duelo, necesitan acompañamiento, debemos estar atentos y sensibles a ello”.
Una llamada al trabajo y la esperanza
Finalmente señaló cosas a tener en cuenta: “Fe, Dios y apoyo, es de donde venís, donde os apoyáis, es importante que lo tengáis en cuenta. Somos llamados a defender políticas de vida”
“Sois comunidad, intentáis vivir en comunidad, esa forma de actuar y de vivir la podéis trasladara a otros y otras. Llegáis a donde no llegan otras. Las órdenes religiosas están desde siempre presentes, gracias a Dios. Ese compromiso de estar a donde no está nadie, llegar a donde nadie llegaría, ese es un gran valor. Que nadie nos abrume con las leyes, las personas tienen derechos y no olvidéis que no existe un proceso migratorio sin solidaridad, sin amor”.

Militante de la HOAC de Almería