El obispo Abilio Martínez considera que la actualización del SMI y la reducción de la jornada dignifican y humanizan el trabajo

El obispo Abilio Martínez considera que la actualización del SMI y la reducción de la jornada dignifican y humanizan el trabajo
“La propuesta de actualización del SMI está encaminada a dignificar las retribuciones de los trabajadores más humildes; también vivimos con esperanza que la reducción de la jornada laboral sirva para un mejor reparto del trabajo”, destacó el obispo Martínez Varea.

En Córdoba, durante las jornadas pastoral del trabajo, Mons. Abilio Martínez Varea, obispo responsable de esta pastoral en la Conferencia Episcopal Española, ofreció una entrevista a la diócesis en la que abordó las transformaciones y desafíos del mundo del trabajo.

En su desarrollo, el obispo destacó la labor de los equipos parroquiales de la pastoral obrera de la diócesis de Córdoba, subrayando que “ayudan a sus comunidades parroquiales a ser ‘Iglesia en salida’”, lo que significa un puente entre la vida parroquial y el entorno social, facilitando la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia a través de la formación. Además, resaltó la importancia de denunciar las condiciones laborales injustas y valoró iniciativas como la creación de AVAELA, asociación de apoyo a las víctimas de accidentes laborales.

El obispo abordó el impacto de la tecnología en el mundo del trabajo, señalando que “el llamado progreso y la tecnología siempre han sido un desafío para la sociedad”. Reconoció que, en la medida en que la tecnología ha permitido descargar a las personas de las fatigas laborales, su papel es positivo. Sin embargo, advirtió sobre sus posibles efectos contraproducentes.

Citando la nota Antiqua et nova de la Curia vaticano, alertó que “la inteligencia artificial está eliminando la necesidad de ciertas tareas que antes realizaban los seres humanos. Si se utiliza para sustituir a los trabajadores humanos en lugar de acompañarlos, existe el riesgo sustancial de un beneficio desproporcionado para unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos”.

El anuncio del Evangelio en el mundo laboral

En relación con la misión evangelizadora de la Iglesia, Martínez Varea destacó que “la vocación de la Iglesia es llegar a todas las personas y poder anunciarles la buena nueva”, haciendo hincapié en que los evangelios evidencian la preferencia de Cristo por los marginados y aquellos en situación de precariedad.

Según el obispo, el mensaje cristiano debe llegar a todas las personas trabajadoras, aunque con una “mayor urgencia”, a las personas desempleadas, “precarios, los inmigrantes, victimas de los accidentes laborales”, a través del “testimonio personal y comunitario”.

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En la entrevista el obispo aborda la situación económica actual, donde la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando. “Hoy en día no es suficiente tener un empleo para salir de la pobreza”, afirmó, aludiendo al informe de Oxfam Intermón que revela que casi 3 millones de personas trabajadoras viven en condiciones de pobreza. En este contexto, recordó la contundente advertencia del papa Francisco en Evangelii gaudium: “Hoy tenemos que decir no a una economía de la exclusión y la desigualdad. Esa economía mata.”

Para el también titular de la diócesis de Osma-Soria, la solución pasa por garantizar un trabajo decente que asegure salario suficiente para que las familias puedan vivir con dignidad, enfatizando que “el gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo”.

En este sentido, resaltó la necesidad de medidas encaminadas en esta dirección como la actualización del salario mínimo interprofesional y la reducción de la jornada laboral. Además, consideró la propuesta de una renta básica como medida transitoria para quienes no pueden acceder a un empleo digno, como medida inclusiva y humanizadora.

El trabajo como proyecto de vida

Finalmente, el obispo reflexionó sobre el concepto de dignidad en el trabajo que se ponen en riesgo “cuando no pone en el centro a las personas, cuando prevalece el beneficio por encima de las personas trabajadoras”.

A este respecto, basándose en las enseñanzas de Benedicto XVI recogidas en la encíclica Caritas in veritate, afirmó que “el trabajo deja de dignificar la vida de las personas cuando dificulta la construcción de un proyecto de vida personal, familiar y social”.

Detalló que esta situación se da cuando el trabajo: No es libremente elegido. Desvincula a las personas del desarrollo de su comunidad. No evita la discriminación ni satisface las necesidades básicas de las familias. Obliga a trabajar a menores o impide su escolarización. No permite la libre asociación de los trabajadores ni deja tiempo para el reencontrarse con las raíces personales, familiares y espirituales. No garantiza una jubilación digna.