Reflexiones sobre sindicalismo y el cuidado del trabajo

El trabajo debe ser valorado como un elemento esencial para la dignidad humana y el bien común
En el marco de la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”, la tarde del jueves 23 de enero tuvo lugar en el Centre Social Les Llimeres de La Vall d’Uixó una charla-coloquio sobre “Sindicalismo y cuidado del trabajo”, organizada por la HOAC de la diócesis de Segorbe-Castellón.
El punto de partida de este evento partió de una invitación realizada a tres sindicalistas para compartir su opinión sobre el planteamiento expresado en el Cuaderno HOAC Cuidar el trabajo, cuidar la vida y reflexionar sobre lo que implica ese cuidado para el sindicalismo.
Más allá del individualismo
En primer lugar, Rafa Martínez, trabajador de la educación pública comentó: “La pedagogía que a diario se ha de hacer desde el sindicato busca ir más allá de los intereses particulares o laborales de las personas representadas, buscando hacer entender el sindicato como una organización en la que poder desarrollar inquietudes y la búsqueda del bien común. Esta es también la consecuencia de un sistema que, con su lógica, nos moldea como personas consumistas, individualistas y, a la vez, desvinculadas de lo social, del cuidado de las personas y de nuestro entorno”.
Desde esa perspectiva más comunitaria, Martínez abogó por una acción sindical que no quede puertas adentro de la institución, sino que tenga un marcado compromiso sociopolítico en defensa del trabajo digno, la salud y seguridad laboral, el trabajo estable y los derechos fundamentales: sanidad, vivienda y servicios sociales. “Cuando se pide disminuir las ratios o aumentar las plantillas en los centros, no sólo se busca mejorar las condiciones laborales del profesorado, sino también una mejor atención, igualdad de oportunidades y mayor calidad educativa. Cuidar el trabajo, cuidar la vida también son la razón de ser de un sindicato”, destacó.
Dignificar el trabajo de los cuidados
Seguidamente intervino Eva Borja, trabajadora del sector de cuidados y dependencia, para señalar: “Los servicios sociales, la educación o la sanidad son prestaciones que deberían estar cubiertas por el sector público, pero la Administración no llega a todo, y hay entidades o empresas privadas que cubren este vacío. Desde hace más de 15 años trabajo en un centro concertado que depende de una institución sin ánimo de lucro. El sector de los cuidados es un sector feminizado. Parece que el rol de cuidar vaya unido al de ser mujer”.
Borja reconoció el valor de su vocación: “siento que trabajo con y por la gente, me reconforta mi trabajo, me llena; podríamos decir que recibo un ‘salario emocional’. Pero es injusto que, realizando el mismo trabajo que en la empresa pública, no se nos valore igual: no tenemos los mismos salarios, horarios, ratios de personal ni posibilidades de conciliación”.
Por ello, anunció que “el próximo 19 de febrero, los sindicatos en la Comunidad Valenciana se plantean una huelga en el sector de la diversidad funcional para poner en valor nuestro trabajo y exigir que se cumplan los acuerdos entre patronal, administración y sindicatos”.
También puedes leer — Cobertura informativa de la campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida”
Cuatro perspectivas humanizadoras
La tercera de las intervenciones fue de Ernesto Gala, trabajador en una fábrica de componentes del automóvil, que destacó algunos mensajes del cuaderno HOAC y subrayó que “son mensajes muy potentes sobre la dignidad del trabajo, la justicia social, la realización personal para aportar a la sociedad y dar voz a las personas desfavorecidas o sin voz”.
Desde su experiencia laboral, estructuró su reflexión en cuatro claves principales: 1) La persona individual: “Mejorar las pequeñas cosas desde las acciones concretas que cada uno podemos pensar y hacer en nuestro trabajo, para facilitar o ayudar a las personas que tenemos alrededor”. 2) La sociedad: “La sociedad en que vivimos nos ha hecho más individualistas, y las relaciones y espacios de trabajo se vuelven más fríos, repercutiendo finalmente en la calidad del ambiente laboral, el rendimiento y la satisfacción personal de los trabajadores”. 3) Los sindicatos y sindicalistas: “Su labor es fundamental para el cuidado del trabajo, porque son interlocutores, garantes y voz de aquellos trabajadores con peores condiciones laborales o menor posibilidad de defensa”. Y 4) Los equipos directivos: “Es necesario que tengan menos poder y más autoridad, que no vean a los delegados como enemigos, sino como personas que contribuyen a la mejora de la empresa. Deben adaptar las tecnologías para mejorar los puestos de trabajo, creando cauces en los que el trabajador se sienta parte de la empresa, generando una cultura de participación que valore el factor humano. Los equipos humanos que contribuyen a la mejora de los procesos marcan las diferencias entre empresas”.
El sindicalismo desde la perspectiva cristiana
Finalmente, intervino Paco Porcar, militante hoacistas, para afirmar que “el planteamiento de la campaña ‘Cuidar el trabajo, cuidar la vida’ tiene muchas cosas que aportar al sindicalismo, y el sindicalismo tiene mucho que decir y aportar para cuidar el trabajo. Sin organizaciones de trabajadores y trabajadoras que defiendan su dignidad en el trabajo, no hay posible cuidado del trabajo”.
Porcar destacó dos cuestiones fundamentales para la Iglesia respecto al trabajo: “La dignidad del trabajo y las condiciones dignas en que debe realizarse. En su magisterio social, la Iglesia valora y agradece la labor de las organizaciones de trabajadores, muy particularmente del movimiento sindical. Esto no implica que no sea necesario dar pasos para cumplir mejor su labor de construir una sociedad más justa, donde sea posible la vida de todas las personas”.
En ese sentido, planteó dos retos para la renovación sindical. “Un papel profético para poner en primer lugar las necesidades de los trabajadores más precarios y las personas invisibilizadas en nuestra sociedad” y “la creación de redes de solidaridad entre los trabajadores, innovando en prácticas de apoyo mutuo”.
Porcar concluyó citando al papa Francisco, quien, en un encuentro con sindicalistas en 2017, expresó: “El mundo necesita voces como la de ustedes. Ustedes han aprendido a enfrentarse con una mentalidad utilitarista, cortoplacista y manipuladora […] Sólo importa la ganancia inmediata. Todo se justifica en función del dios dinero. […] Hoy ya no es sólo la dignidad del empleado la que está en juego, sino la dignidad del trabajo de todos, y de la casa de todos, nuestra madre tierra”.

Militante de la HOAC de Segorbe-Castellón