30 años de compromiso cristiano por la justicia y la dignidad del trabajo
El documento de La pastoral obrera de toda la Iglesia fue aprobado por la LXII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española el 18 de noviembre de 1994, siendo una esperanza para la evangelización del mundo obrero, para llevar la buena noticia de Jesús a un mundo de angustia vital porque de tener un trabajo y de cómo son sus condiciones depende la vida de las personas y de las familias y nos indican si una sociedad utiliza el trabajo como explotación o como realización personal dirigido a la construcción de una sociedad fundamentada en la dignidad humana, el bien común y la conservación de la creación.
Fue un documento elaborado desde la escucha de las personas trabajadoras y de los movimientos y asociaciones religiosas presentes en el mundo obrero, además de otros agentes sociales y sindicales. Se hizo desde la realidad y así se refleja. “El presente documento, fruto en gran medida del trabajo eclesial ya hecho, quiere ser expresión de nuestra preocupación y compromiso por la evangelización del mundo obrero, así como el testimonio de nuestra cercanía, aliento y estímulo a cuantos se dedican con generosidad y paciencia a llevar la buena noticia de la liberación y de la salvación cristiana”.
La Iglesia quiere hacer suyos los sufrimientos, las esperanzas y las luchas por un trabajo digno de las personas trabajadoras, porque reconoce en cada persona la huella de Dios que genera una dignidad sagrada que ahonda en la propia dignidad humana. Así, los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana nos invitan a caminar en estos compromisos: La realidad de la falta de salud y seguridad en el trabajo, la precarización del empleo y los derechos sociales de las familias, la realidad de los trabajadores pobres, la falta de esperanza con las que los jóvenes ven su futuro laboral, la realidad de tantos trabajadores migrantes sin derechos, la desesperanza, pensionistas sin recursos suficientes para un vida digna. A partir de estas realidades y otras nos invitan a construir ese reino de Dios basado en la justicia y la misericordia.
Este documento pretendía que la pastoral obrera fuera un eje transversal en todas las pastorales, que no fuera una cuestión personal, de los que hacen de la Doctrina Social de la Iglesia vida dese la fe, que lleva a la denuncia profética cuando los derechos de los trabajadores y trabajadoras son pisoteados.
Esta pastoral obrera, a pesar que viene de un inmenso trabajo eclesial, sobre todo de los laicos y laicas, y refrendada por una inmensa mayoría de los obispos en la LXII Asamblea Plenaria, se ha encontrado en estos 30 años recelos y, en ocasiones, rechazo. Tal vez por una vivencia espiritualista de la fe, por la identificación de la Iglesia católica con la derecha y con el mundo empresarial y, todo lo que no sea eso, entra en esa expresión descalificadora “eso es comunista” o “sois comunistas”. Romper esta mentalidad cuesta muchísimo y el diálogo eclesial se hace difícil. Recuerdo las palabras del papa Francisco cuando nos dijo que le llamaban comunista cuando él solo utilizaba el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
Hablando desde la pastoral obrera en Murcia, ahora pastoral del trabajo, han sido años de muchos esfuerzos, de un trabajo por hacer llegar esta pastoral a todas las parroquias, a colaborar con otras entidades el 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora, el 28 de Abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo y el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras. Además, se ha elaborado material catequético y subsidios litúrgicos en la línea de introducir esta pastoral social y de promoción humana en todos los ámbitos pastorales y no es comunismo, es cristianismo católico y no lo digo en un tono irónico, sino interpelador y con cierto dolor de corazón.
Otras dos acciones que hay que reseñar es la contribución importante en la elaboración de una guía de atención a las víctimas de siniestralidad laboral que fue editada por el Instituto de Salud y Seguridad Social. Otra acción destacable fue el encuentro entre el obispo de nuestra Diócesis con tres sindicatos, que nos llenó de alegría y esperanza y que fue muy bien valorado por ambas partes.
Han pasado ya 30 años y seguimos renovando ese compromiso por la justicia y la fraternidad dentro del mundo obrero, por la evangelización asumiendo los conflictos que puedan surgir.
Consiliario de la HOAC de Murcia. Militante de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de la Asociación Amigos de Ritsona de apoyo a personas refugiadas. Autor del blog Sembrando sueños, construyendo humanidad