Urgencia de diálogo social en una sociedad fragmentada
Vivimos en una sociedad profundamente fracturada y polarizada. Las personas lejos de sentirse parte de un proyecto común se repliegan en su propio mundo, buscando soluciones individuales a problemas que son, en esencia, colectivos (*).
Aumentan las desigualdades, la exclusión y la precariedad, deshumanizando a los más vulnerables, en estas sociedades desvinculadas. Las personas excluidas, en lugar de ser vistas como víctimas de un sistema injusto, son a menudo culpabilizadas de su propia situación. Este discurso, además de ser profundamente inhumano, oculta las causas estructurales que perpetúan la pobreza y la exclusión.
La precariedad laboral, el difícil acceso a una vivienda digna y las limitaciones en las prestaciones sociales no son simples contratiempos, sino que son síntomas de un modelo económico que margina a una parte significativa de la población.
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Presidenta general de la HOAC