Unai Sordo a la Pastoral del Trabajo: “La trascendencia apunta a un futuro mejor y a la utopía”

Unai Sordo a la Pastoral del Trabajo: “La trascendencia apunta a un futuro mejor y a la utopía”
El secretario general de CCOO, Unai Sordo, presente en las XXX Jornadas de Pastoral del Trabajo en Ávila de este fin de semana, ha aprovechado la invitación a saludar a las personas participantes, para resaltar el valor del compromiso cristiano por defender la centralidad del trabajo.

“Los movimientos cristianos, con esta visión social desde la Iglesia, nunca habéis perdido el discurso de la centralidad del trabajo en las sociedades”, ha reconocido Sordo, quien ha explicado que la concepción del trabajo decente es toda una “apuesta política, desde instancias democráticas e institucionales” en coherencia con “la dignidad de las personas y de la clase trabajadora como colectivo”.

En este sentido, ha alabado “el compromiso cristiano por fomentar la comunidad, el sentido crítico y un horizonte compartido en que nos salvamos con el colectivo”, por lo que ha asegurado que existen entre su organización y el resto de organizaciones sindicales muchos espacios en común con la pastoral del trabajo.

De hecho, ha planteado que ante el cambio antropológico del neoliberalismo cultural, donde “las mayorías sociales se entienden como individuos aislados” que se relacionan en función de “la meritocracia”, uno de los grandes retos es “dotarnos de vertebración y organización comunitaria”.

“Tiene gran valor empeñarse en la construcción de espacios de comunidad sea en el sindicato, en la iglesia, en el barrio, en la asociación de vecinos o en los partidos…”, ha afirmado Sordo.


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Incluso ha reconocido que “apostar por políticas de sostenibilidad ambiental es establecer un vínculo intergeneracional con la gente que está por venir”,  lo que requiere “un cierto concepto de trascendencia”. Algo, ha insistido que “es muy necesario en una sociedad, donde seguramente las concepciones estrictamente materialistas, después de determinados fracasos de según qué utopías, perdieron el pie de esta espiritualidad a la que vosotros hacéis referencia”.

Con otras palabras, en el fondo, “nos referimos a cosas bastantes parecidas”, que tienen que ver con que “yo estoy aquí porque antes estuvieron otros y yo hago cosas aquí no solo por nosotros y nosotras sino porque después vendrán otros”, ha admitido. “Esta ligazón requiere de elementos de trascendencia” que nos alejan de ese “individuo tirano, ese narcisismo tirano que explica parte de los movimientos políticos que estamos vivienda”.

Igualmente ha alertado de que “el pesimismo y el caos”, hoy en día, es “la idea política más perversa”, porque viene a decir que hay que arrojar al mar o impedir que suba el que está al lado para quedarme yo con el bote salvavidas, por lo que ha apostado por recuperar la idea de que “el futuro es deseable y va a ser mejor, como lo es el presente, aunque a veces parezca lo contrario”.

Ante la “incertidumbre”, fruto de una “conciencia difusa de límite” que tiene que ver con que no se puede seguir creciendo de cualquier manera, y de “vulnerabilidad”, ha explicado, “las poblaciones están reaccionado, por decirlo de alguna manera, de forma rara, alimentado el odio, apoyando opciones reaccionarias y depredadoras entre nosotros y nosotras, en un nuevo darwinismo del siglo XXI”.

A todo esto, ha defendido, “hay que contraproponer organización, comunidad, sentido crítico y la idea de que solo con lo colectivo y comunitario nos salvamos, y luego que cada cual entienda lo que  eso significa en función de sus creencias o formas de entender la vida”.

Es en este sentido, en el que ha afirmado que “el sindicalismo de clase en este caso y la Iglesia de base, de la Pastoral Obrera, vinculada a los movimientos de base, tenemos muchos espacios en común”.