La pastoral del trabajo de Extremadura denuncia el aumento de la siniestralidad laboral

La pastoral del trabajo de Extremadura denuncia el aumento de la siniestralidad laboral
La Comisión Regional de Pastoral Obrera de las diócesis de Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Plasencia alerta de la escalada de muertes en el trabajo en Extremadura, expresan su solidaridad con las familias de las víctimas. Reclaman un plan de choque que proteja a las personas trabajadoras y mejore la prevención en las empresas

23 trabajadores han perdido la vida  debido al incremento de la siniestralidad laboral entre enero y septiembre de 2004, más del doble de los 11 que ocurrieron en 2023. Esta realidad sufriente hace que la Iglesia extremeña exprese que con dolor que “ninguna persona debería morir trabajando, ¡no más muerte en el trabajo!”

Desde principio de año, la siniestralidad laboral está obligando a sufrir la pérdida de vidas de personas trabajadoras y de historias silenciadas de este drama en sus familias. En octubre y noviembre se registraron múltiples siniestros laborales con resultado de muerte en diversas localidades provocados por atrapamientos, caídas y golpes en el lugar del trabajo, que ha segado la vida de trabajadores de todas las edades, según describen en su comunicado.

Pla de actuación urgente

Las delegaciones de pastoral del trabajo de las tres diócesis han expresado su profundo dolor y han ofrecido su acompañamiento en oración a las familias trabajadoras, honrando su dedicación en el “campo de honor del trabajo”, según apuntan.

A su vez, han unido su voz a la de las organizaciones sindicales para exigir que las empresas cumplan con la normativa de prevención de riesgos laborales. “Es imperativo negociar un plan de choque y realizar cambios normativos para adaptar la legislación a las nuevas realidades del mundo laboral, mejorando la gestión preventiva y terminando con la mercantilización de los servicios de prevención”, reclaman en el comunicado.

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La Comisión recuerda las palabras de san Juan Pablo II al señalar que “el trabajo es para la vida” y la persona “es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social”. Además, se suman a la denuncia de que “esta economía mata”, en palabras del papa Francisco, cuando los sistemas económicos tratan a las personas trabajadoras como instrumentos desechables. “La vida de la persona es lo más importante”, concluyen