El buen discípulo

El buen discípulo
Imagen | Chil Vera en Pixabay
Los domingos de octubre vamos a escuchar y orar el evangelio propio de este ciclo B: san Marcos. Siempre en la escuela del buen discípulo.

El primer domingo se nos propone una nueva escena de confrontación entre los fariseos y Jesús. Los fariseos intentan cazar a Jesús en sus argumentos para condenarlo. En esta ocasión le plantean un tema de ayer y de hoy: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Saben que cualquier respuesta que haga puede comprometerle. Jesús apela, en primer lugar, a lo que mandó Moisés. Pero, sobre todo, se apoya en el proyecto original de Dios: «Al principio de la creación… y serán los dos una sola carne». También sus discípulos, en casa, le van a hacer la misma pregunta. Se nota que Jesús, con sus palabras, estaba provocando alguna ruptura con lo habitual. Su primera intención es rescatar el proyecto original de Dios, su sueño. Jesús siempre busca ese proyecto primero de Dios para el ser humano, que no es otro sino el de la comunión. Esa unidad familiar está llamada a ser un signo del Amor de Dios a la humanidad, un sacramento. Cuando construimos comunión y fraternidad nos acercamos al proyecto original de Dios.

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