Cómo una organización de familias pudo cambiar la legislación sobre las casas de apuestas

Cómo una organización de familias pudo cambiar la legislación sobre las casas de apuestas
FOTO | Salón de apuestas en la ciudad mallorquina de Inca, España. Vía Neme_jimenez/Shutterstock

¿Recuerdan la famosa obra de teatro de Lope de Vega titulada Fuente Ovejuna? Desde la perspectiva de nuestro siglo se dibuja como una obra de contenido social y reivindicativo en la que el pueblo llano se unía contra la injusticia. La clave de su triunfo era la alianza de todos los ciudadanos.

No estamos en el Siglo de Oro español, pero continúan surgiendo situaciones en las que la organización comunitaria es clave para alcanzar objetivos loables. No pretendemos emular al maestro Lope de Vega y relatar la historia con octavas reales, redondillas o endecasílabos sueltos, pero sí narrar cómo las organizaciones de familias han logrado frenar las casas de apuestas para prevenir sus potenciales consecuencias en las conductas adictivas de los menores de edad. Fuente Ovejuna se divide en tres actos. Nuestra historia, también.

Primer acto

FAPA Mallorca, una de las principales organizaciones de familias en las Islas Baleares, se propuso en 2019 alertar al Gobierno de la necesidad de regular el juego de apuestas. La proliferación de casas de apuestas en Mallorca, junto con una ley muy relajada de 2013, constituían dos detonantes para que se incrementara el riesgo de adicción en los menores de edad.

Hay evidencias de que las apuestas no solo afectan a personas vulnerables, también a la sociedad. Se estima que por cada persona con problemas relacionados con el juego de apuestas se pueden ver afectadas seis personas de su entorno más directo.

FAPA Mallorca dio apoyo a la Plataforma Marratxi, formada por asociaciones de familias y otras entidades. Con ello logró que más de veinte entidades de prestigio profesional y social firmaran una carta manifestando su malestar y explicando las potenciales consecuencias de las casas de apuestas.

Segundo acto

Es algo extraordinario que los gobiernos escuchen a la ciudadanía y creen espacios de trabajo. También es excepcional que sean las organizaciones de familias quienes lideren ese proceso llamando a las puertas de la Administración pública y solicitando cambios. Sin embargo, en las Islas Baleares, FAPA Mallorca es la prueba de que esto posible mediante la formación recibida a través del programa de prevención Familas en Red y Activas (FERYA).

Este programa ha sido elaborado por el Instituto Europeo de Estudios en Prevención IREFREA, una institución híbrida de investigación, formación y acción civil, y cuenta con evidencia científica sobre su eficacia.

Asimismo, está acreditado como buena práctica por parte del Plan Nacional Sobre Drogas. La contribución de FAPA Mallorca fue clave para que el Gobierno de las Islas Baleares aprobara una moratoria mientras constituía una Mesa Social del Juego en la que se debatieron las circunstancias y las posibles soluciones.

Tercer acto

A partir de esa iniciativa se trabajó en una reforma de la ley que se aprobó en abril de 2023 y se dejaron de abrir nuevas casas de apuestas (BOE 139, 12 de junio de 2023). Incluso aquellas empresas que habían pedido permiso para nuevas sucursales no llegaron a instalarse por la alerta social.

El resultado fue muy significativo, ya que las organizaciones de familias lograron un cambio legislativo y una ley más restrictiva con las casas de apuestas cercanas a centros educativos, así como para su publicidad y proliferación.

Prevención de adicciones

Posiblemente las adicciones sean uno de los problemas más significativos de nuestra época. Esto no solo es debido al preocupante y sempiterno consumo de sustancias en adolescentes, sino a los videojuegos y a los juegos de apuestas.

El programa FERYA ha permitido situar a FAPA Mallorca en primera línea de la prevención comunitaria de conductas adictivas, un problema sobre el que los menores de edad son particularmente vulnerables.

Las transformaciones del futuro van a depender de que las organizaciones sociales, entre ellas las familias, se involucren y se comprometan con los cambios. Sin embargo, disponer de información no es suficiente para una prevención eficaz y sin daño iatrogénico. Es necesario eliminar los aspectos facilitadores implicados en el consumo de los adolescentes.

En términos más profesionales, y enmarcado en la ciencia de la prevención comportamental, a estas estrategias se las denomina prevención ambiental.

Cambiar contextos mejor que conductas

Cambiar contextos es más efectivo que cambiar conductas, pues estas están indefectiblemente ligadas a los primeros. Y para modificar los contextos biográficos es necesario que todos los colectivos estén comprometidos, pues, a menudo, los problemas complejos están relacionados.

La prevención de las adicciones es compleja y multifactorial, por lo que requiere de la participación activa de todos los agentes sociales. Los programas clásicos de prevención familiar basados en “escuelas para padres y madres” no están funcionando con la eficiencia que se requiere en la realidad del siglo XXI, donde el aprendizaje es participativo e interactivo.

Un trabajo colaborativo

Las familias en España están organizadas en multitud de asociaciones y centros educativos. Posiblemente sea el mayor colectivo asociativo del país, constituyendo un capital social con potencial de cambio en temas fundamentales de salud pública.

El panorama que hemos descrito brevemente en estas líneas impulsó a los profesionales de IREFREA a programar nuevas jugadas capaces de cambiar las condiciones contextuales. La clave está en que las organizaciones sociales se capaciten y aprendan a trabajar en redes de colaboración, creando alianzas con profesionales y administraciones.

Para ello es necesario contar con la ciencia de la prevención y con programas con diseños rigurosos para su evaluación que requieren tiempo y financiación. El programa FERYA lleva una década desarrollándose en diversas comunidades autónomas de España, pero ha sido en Mallorca donde ha alcanzado el hito que aquí se describe.

Las redes que crean las familias tienen vida propia y crecen, formando un superorganismo en el que el todo es más que la suma de las partes. Las organizaciones de familia en las Islas Baleares han logrado cambiar la regulación de las casas de apuestas, evidenciando así el preludio del enorme potencial preventivo que tienen.

No lo podrán hacer solas, pues se requiere una apuesta por parte de los profesionales de la prevención, los científicos y los responsables de la Administración pública. Y un compromiso de todos con el bienestar social en general y de los más jóvenes en particular.

Todos a una como en Fuente Ovejuna.

 

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Artículo publicado originalmente en The Conversation. Elaborado con la colaboración de Montse Juan Jerez del Instituto Europeo de Estudios en Prevención (IREFREA) y Miquel Ángel Guerrero de la Federació d’Associacions de Famílies d’Alumnes (FAPA Mallorca).

The Conversation