Los impactos positivos de la reducción del tiempo del trabajo
La discutida reducción de la jornada laboral que negocia el Gobierno con sindicatos y empresarios puede tener efectos positivos en la salud laboral, la conciliación y la productividad, defiende la asociación “Time Use Initiative” dedicada a promover políticas justas del tiempo.
Organizaciones empresariales, colegios profesionales e institutos de investigación ya adelantan, como suele ocurrir en estos casos, un coste enorme para las empresas por el hecho de reducir la semana laboral actual de 40 horas en dos horas y media.
La organización de las pequeñas y medianas empresas Cepyme, presente en la mesa del diálogo social sobre la reducción de la jornada laboral, ha elevado a unos 42.400 millones de euros el incremento de los costes para las pymes.
Otra de las entidades que más esfuerzo ha dedicado a calcular los costes que tendría esta reducción de jornada ha sido el Consejo General de Gestores Administrativos de España, que ha cifrado en más de 15.300 millones de euros el esfuerzo económico para las empresas.
De implantarse la reducción que se está negociando a través del diálogo social, inevitablemente, la gestión de las empresas tendrá que adaptarse al cambio, lo que efectivamente supondrá un coste para el balance final. La cuestión es si será asumible o no.
“Time Use Initiative”, una asociación creada Barcelona en 2014 para promover políticas de tiempo para una sociedad más saludable, igualitaria, eficiente y sostenible, que colabora con gobiernos, sindicatos, organizaciones empresariales, instituciones de investigación y otras entidades de la sociedad civil, considera que serán más los beneficios, no solo económicos, que los perjuicios.
“La reducción de la jornada laboral tendría impactos muy positivos a nivel de salud laboral, productividad y conciliación y satisfacción de empresas y personas trabajadoras”, defiende esta organización, principalmente para 12 millones de personas trabajadoras en España, cuya jornada laboral sigue anclada en las 40 horas semanales , debido a que verán reducidos los riesgos laborales y contarán con más posibilidades para conciliar.
Empleo y fiscalidad
Un informe de esta institución calcula que la generalización de las 37,5 horas implicará costes de entre 4.200 y 6.800 millones de euros para las empresas, al tiempo que generará entre 122.000 y 198.000 nuevos empleos, lo que repercutirá en el 60% de estas ocupaciones en aumentos de la recaudación fiscal, nuevas cotizaciones sociales y ahorros en prestaciones sociales varias.
Estos datos también debería ser tenidos en cuenta por las organizaciones empresariales, cuyo respaldo a este tipo de medidas facilitaría mucho la aplicación coordinada de las medidas que se están negociando y, sin duda, mejoraría el ambiente en los centros de trabajo.
“Tener más tiempo fuera del trabajo va a generar una mejora de la salud de la población en general. Como han demostrado diversos proyectos piloto de reducción de jornada laboral, con la reducción de la jornada se reduce hasta un 20% menos la ansiedad e insomnio y la capacidad de conciliación con la vida familiar y privada se multiplica”, recoge un informe de la asociación.
El hecho de trabajar 30 minutos menos cada día favorece la conciliación especialmente a las mujeres, que son quienes más reducen la jornada laboral para poder compaginar las tareas de cuidado.
Según datos del piloto de reducción de jornada de Portugal, presentados a final de 2023, el “nuevo tiempo libre” se destina a pasar más tiempo con la familia, pero también para dedicarse al “cuidado personal”, pudiendo dormir más y relajarse, en el 65% de los casos estudiados.
Equilibrio ente la vida laboral y familiar
La investigación insiste en que origina “una clara mejora del equilibrio entre la vida laboral y familiar”. El porcentaje de personas trabajadoras que afirman que es “difícil” o “muy difícil” conciliar trabajo y familia descendió del 46% al 8%.
Incluso, una medida como esta puede contribuir al crecimiento económico. La reducción de la jornada laboral tiene un impacto positivo sobre el PIB, ya que mejora la capacidad de consumo. Así lo demuestra una simulación reciente para el caso español, que reconoce un efecto directo en la demanda agregada de ocio, turismo, servicios, etc., ante el aumento de tiempo libre.
La reducción de la jornada laboral puede suponer igualmente mejoras de la productividad por la vía de la reducción de las bajas laborales y del gasto energético. Las ganancias en la eficiencia productiva todavía podrían aumentar más, si el menor tiempo de trabajo se acompaña con estímulos a la innovación organizativa y mejora de los sistemas productivos.
Otras de las ventajas de disminuir las horas de trabajo es que fomenta comportamientos proambientales intencionados, como menos desplazamientos en coche o menores gastos en ropa y libera tiempo para acompañar a los niños y niñas que en las encuestas suelen expresar su deseo de pasar más tiempo con sus familias.
La anomalía española
En realidad, la semana laboral de 37,5 horas en España supondría acercarnos, incluso rebajar en 20 minutos, la jornada máxima europea que es de 37,8 horas.
Pero es que viendo los convenios colectivos no se trata de ninguna rareza. La gran mayoría de los convenios establece una semana máxima de 38,5 horas en el ámbito de empresa y un máximo de entre 38 y 39,5 en el ámbito sectorial. En el sector público, la jornada semanal con carácter general se ha establecido en las 37,5 horas, a partir de la Ley General de Presupuestos del Estado.
Cada vez son más los países y empresas que están experimentando con la reducción del tiempo sin reducción salarial, como en el caso de Islandia, Reino Unido, Bélgica, Alemania o Portugal, donde se han realizado programas piloto de reducción de jornada a 37 o 35 horas semanales o a través de la semana de 4 días, con resultados prometedores.
De hecho, se puede decir que la anomalía es la regulación actual de la jornada laboral en España, si se tiene en cuenta la pausa excesiva a la hora de comer. Somos el país donde las personas acaban más tarde su jornada laboral (un 30% a las 19 horas y un 10% después de las 21 horas). Todavía un 15% de la población trabajadora cuenta con una semana laboral de más de 48 horas.
De ahí que en España se duerma menos que en el resto de Europa, alrededor de 20 minutos menos que en los demás países de la zona euro, afectando a la productividad, la salud mental y física de las personas, lo que puestos a hacer cálculos supondría pérdidas estimadas en el PIB nacional del 1% al 2%.
La directora de “Time Use Initiative”, Marta Junqué, lo tiene claro: “La racionalización de los horarios de trabajo y la reducción de la jornada laboral es necesaria y positiva, y celebramos que sea el primer paso, pero no es suficiente para una organización del tiempo más equilibrada”.
En su opinión, “después de esta Ley, hace falta aprobar un nuevo pacto social sobre la organización del tiempo, que ya figura en los compromisos del gobierno en esta legislatura: la ley de los usos del tiempo, que implique a todos los actores sociales y económicos de la sociedad”.
“El tiempo es una cuestión política y la forma de organizar el tiempo determina el tipo de modelo social establecido, que debe adaptarse a los cambios estructurales de cada época y evolucionar con el progreso de la sociedad. No podemos vivir con los horarios de hace un siglo”, remarca.
Redactor jefe de Noticias Obreras