A nosotros se nos han revelado los misterios del reino
Sabemos que los no creyentes están quejosos con la iglesia, con los cristianos. Hablamos de quejas fundadas. ¿Qué hacer?
Lo que nos dice Jesús: aceptar la crítica y rectificar (Mt 5, 23s). ¡Reconciliarme con mi hermano no creyente! Veo que esto a algunos les resulta ininteligible. Ahora bien, ¿qué implica para nosotros, para la Iglesia, esta reconciliación, no ya con los que no creen, sino sobre todo con los pobres de este sistema capitalista? No se me ocurre otra expresión que esta: ¡qué se vaya a hacer puñetas la «justicia» humana que impide que la sociedad vieja estalle en pedazos! Es lo que creo que dice la parábola que comento a continuación (Mt 20, 1-16).
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Consiliario de la HOAC de Segorbe-Castelló