Revincularnos para humanizar el mundo del trabajo
Este miércoles, 14 de diciembre, se celebró un nuevo Diálogo #Venyloverás, organizado por Noticias Obreras con el título: “Retos para humanizar el trabajo”. Estos diálogos tienen como objetivo ofrecer un espacio de reflexión en torno al trabajo humano y el bien común.
En esta ocasión se trataba de presentar en uno de los contenidos que la HOAC está abordando en el proceso de preparación de su XIV Asamblea General, recogido en un Tema del Mes de la revista. El ponente, Paco Porcar, militante de la HOAC, inició sus palabras poniendo de manifiesto la importancia de la noticia del día para muchos: la Iniciativa Legislativa Popular para la regularización de las personas migrantes ha conseguido las 500.000 firmas necesarias para que el tema sea tratado en el Congreso de los Diputados. Para Porcar, esta noticia se relaciona con uno de los retos de los que hablaría a continuación, cómo hemos de generar vínculos en el mundo del trabajo para humanizarlo.
En este sentido, Porcar se refirió a los cinco retos para la sociedad y tres para la Iglesia, que aborda el Tema del mes y que surgen a partir de la realidad actual del mundo obrero del trabajo que está marcado por dos realidades estructurales de nuestra economía y nuestra sociedad que son la precarización, vulnerabilidad y exclusión en el que viven las familias trabajadoras ya que nuestro sistema económico genera exclusión y precarización; y la cada vez mayor individualización y fragmentación en el mundo del trabajo que marca la desvinculación entre las personas.
Para el ponente, estos dos rasgos tienen carácter estructural, ya que «estamos inmersos en un sistema económico que es destructivo para la vida. De ahí los límites de las respuestas que estamos dando. Hay situaciones especialmente inhumanas a las que no estamos sabiendo dar respuesta».
Retos para la sociedad
En el plano de los retos para la solidaridad, es fundamental «situarnos en otra lógica, porque desde la actual lógica del sistema no hay respuestas posibles». Porcar aludió a la Fratelli tutti donde el papa Francisco, después de hablar del destino universal de los bienes y de lo que supone para las formas de propiedad, subraya que se trata de situarnos en otra lógica: “Si no se intenta entrar en esa lógica, mis palabras sonarán a fantasía. Pero si se acepta el gran principio de los derechos que brotan del solo hecho de poseer la inalienable dignidad humana, es posible aceptar el desafío de soñar y pensar en otra humanidad. Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos”.
El reto, para Paco Porcar, es «situarnos en la lógica de la dignidad de la persona y del bien común desde la perspectiva de la fraternidad; en la lógica de la dignidad del trabajo y del trabajo digno, de manera que este sea un instrumento de humanización y de construcción de una vida social fraterna y no de deshumanización y desigualdad».
Para ello, según el ponente, «el gran obstáculo es, como decía Juan Pablo II en Laboren exercens, que pensamos el trabajo desde la economía y no la economía desde el trabajo. Pensamos y nos situamos vitalmente desde la rentabilidad y no desde las personas». Así, añadió, por ejemplo, «cuando hablamos de la subida del salario mínimo interprofesional, pensamos que la economía no va a permitir elevarlo para facilitar la vida a las personas, pero con el cambio de la lógica la pregunta es si nos podemos permitir tener trabajadores cobrando 1000 o menos de 1000 euros. Tenemos que reconocer que la lógica actual es inhumana socialmente».
El resto de retos para humanizar el trabajo, en palabras de Porcar, pasan por dar más importancia a lo que está ocurriendo en el mundo obrero y del trabajo y a lo que significa el trabajo para las personas y para la sociedad; crecer en una mirada el mundo del trabajo desde la perspectiva del cuidado dando prioridad al cuidado de trabajadores y trabajadoras; dar prioridad a las necesidades y derechos de los trabajadores y trabajadoras precarizados, vulnerables, excluidos; y, por último, generar vínculos de fraternidad en el mundo obrero y del trabajo, como ha hecho el trabajo para conseguir la ILP, al generar diálogo, vínculos y trabajo compartido entre diferentes colectivos.
Retos para la Iglesia
En cuanto a los retos para la sociedad, que se unen a los propuestos para la sociedad, y con el objetivo de ser testigos de lo que implica generar vínculos de fraternidad, en la Iglesia tenemos, según Porcar, tres retos: crecer en situarnos en el lugar de las personas empobrecidas, acogiendo su vida, caminando con ellas, dando visibilidad a sus realidades para anunciar el Evangelio de la Vida y la Fraternidad sin temor a caer en la palabrería; crecer en dar más importancia práctica a la realidad del mundo obrero y del trabajo para ser servidores de los pobres, de la dignidad de las personas y del bien común; y crecer en la vivencia de la caridad política, el amor social y político, para ser testigos de que la clave de la fraternidad es el amor fraterno. Todo esto supone, para Porcar: «tanto fomentar las prácticas cotidianas de fraternidad como los procesos de transformación de las estructuras e instituciones sociales para que estén al servicio de los pobres».
Tras el interesante diálogo de las personas asistentes al Diálogo con el ponente, cerró el acto Maru Megina, presidenta de la HOAC, que destacó que este «es el momento de no quedarnos solo en la denuncia, que sigue siendo igual de necesaria, sino que tenemos que estar en la construcción y el desarrollo de esos cambios necesarios, construir realidades tangibles de solidaridad».
Periodista.
Responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.
Militante de la HOAC