Reflexiones para una reforma fiscal
El sistema fiscal es la columna vertebral de un Estado. Nuestros impuestos son la garantía de nuestros derechos. Si no hay recursos tributarios suficientes para que puedan prestarse satisfactoriamente, toda proclamación de derechos queda en papel mojado.
La decisión necesaria es qué nivel de prestaciones deseamos. Podemos intuir que la ciudadanía española se compara con Europa y aspira a niveles de prestaciones semejantes. Si contrastamos con la media europea, España se sitúa en torno a 5-6 puntos porcentuales del PIB por debajo en recaudación impositiva. Con la particularidad añadida de que esa comparación con Europa se realiza con la presión fiscal media. La diferencia recaudatoria es aún mayor si se compara con los países más avanzados, con los que la diferencia recaudatoria es aún mayor.
Si a eso añadimos que las Administraciones Públicas españolas arrastran un déficit importante desde la crisis de 2008, agravado por la derivada de la COVID, parece claro que la Hacienda española evidencia una escasez estructural de ingresos.
La primera parte del Libro Blanco sobre la reforma tributaria, publicado la pasada primavera, documenta las deficiencias de nuestro sistema tributario. Existe consenso en que el sistema tributario español, además de insuficiente, no garantiza una recaudación tributaria progresiva y equitativa.
La primera condición que exige la justicia fiscal es que se gaste bien. Una prioridad de cualquier administrador público debe ser, por tanto, la mejora de la gestión. Por supuesto, es necesario erradicar la corrupción en el mal uso de los fondos públicos, así como el fraude tributario. Hay que destacar que la pérdida recaudatoria se debe, sobre todo, a la utilización de resquicios o trampas aparentemente legales para eludir el pago de impuestos.
Contenido exclusivo para personas o entidades suscritas. Para seguir leyendo introduce tus datos o suscríbete aquí. Si no los recuerdas, haz clic aquí
Catedrático de Economía aplicada de la UNED
Miembro de la Plataforma por la Justicia Fiscal