Apoyo a madres y padres indígenas en el ejercicio de los derechos humanos
El Fondo de Solidaridad Internacional (FSI) de la HOAC, fiel a su objetivo de apoyar actividades encaminadas a desarrollar la formación de los trabajadores y trabajadoras de los países empobrecidos del Sur y desde el convencimiento de que todas las personas somos parte de una única familia universal, financia cada año varios proyectos llevados a cabo por organizaciones con las que la HOAC comparte misión y visión, la mayoría integradas en el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos.
Desde el año 2019 el FSI ha apoyado algunos de los proyectos que desarrolla la asociación Contexto de Bolivia, que actúa como contraparte. Se trata de una entidad sin fines de lucro, que facilita y actúa en la formación social y política, desarrollo organizacional, participación social y capacitación técnica productiva, con una educación liberadora; uniendo lo técnico con lo evangélico, junto a los sectores históricamente excluidos (mujeres, hombres, niños/as y personas alcohólicas) de los barrios periféricos y del campo en Bolivia. Basándose en la solidaridad, la reciprocidad y la complementariedad, Contexto intenta contribuir a cambiar las causas estructurales de la pobreza y a construir una sociedad comunitaria.
La situación de la mayoría de las familias indígenas en Bolivia no es fácil y la crisis derivada de la pandemia a la COVID-19 ha empeorado las condiciones de vida, con miles de familias viviendo bajo el umbral de la pobreza o con menos del salario mínimo nacional, que en Bolivia es 2.160 Bs., que significan 313 dólares al mes. La educación de los niños y niñas se ha resentido también debido a la COVID, aumentando aún más las diferencias y evidenciando la brecha digital existente.
La asociación Contexto plantea que es importante, ante esta realidad, tener en cuenta la educación desde la familia y realizar formación y capacitación a padres y madres de familia, ya que ellos son los primeros educadores de las niñas y los niños en sus primeros años. Así, la familia, la unidad educativa o centro infantil y la comunidad deben ser los principales participantes de la educación integral de niñas, niños y adolescentes.
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Periodista