Chiapas | Migración forzada… y aprovechada
La migración de personas siempre ha existido y la causa común es la falta de oportunidades de vida mejor en su lugar de origen y/o buscando asilo para salvaguardar su integridad.
La frontera México-Guatemala, ha sido lugar de paso permanente de emigrantes, buscando llegar a Estados Unidos y/o Canadá. Desde los 70’s del siglo pasado, México acogió a hermanos/as de Nicaragua, El Salvador y Guatemala; quienes vivían un conflicto armado interno. Desde entonces, las migraciones no han cesado, sumándose a inicios de 2000, Cuba, Haití, República Dominicana, África y Asia, dado a conflictos internos y/o fenómenos naturales que agudizan los problemas de pobreza y marginalidad.
Experiencia de pasión, muerte y resurrección: la familia emigrante
El camino hacia el sueño americano es un calvario: reunir 15.500 dólares americanos (Q120,000 quetzales) a través de créditos y/o empeño de propiedades, que aseguren llegar con certeza desde Guatemala hasta EEUU. Este monto implica el pago del coyote y cuotas a servidores públicos, cárteles del narcotráfico y crimen organizado. El no pago de dichas cuotas significa el abandono y/o la muerte: el 11 de enero de 2021, 20 jóvenes guatemaltecos (dos socios de MTC San Marcos) fueron masacrados en Tamaulipas. El 9 de diciembre de 2021, en Chiapa de Corzo, 60 de 150 migrantes de diversas nacionalidades, murieron hacinados tras accidentarse el tráiler que les conducía. El pasado 27 de junio 2022 en San Antonio, Texas, EEUU, fueron abandonados en un tráiler 74 migrantes, 53 fallecieron por asfixia y deshidratación.
La Sagrada Familia, una experiencia
de emigración forzosa (Mateo 2, 14-15)
En octubre de 2018, se inicia un fenómeno migratorio masivo, llamado «caravana migrante», procedentes del triángulo norte (Honduras, la mayoría, El Salvador y Guatemala) a los que se unen de las regiones Caribe y Sur América –venezolanos la mayoría–. Flujos que se iniciaron con alrededor de 10.000 personas: familias con niños/as, mujeres, niños/as solos o acompañados por amigos; adolescentes y jóvenes. Otras caravanas durante los años 2020, al 2022, a pesar de la pandemia de la COVID-19, han marchado con flujos de entre 4 a 8 mil personas.
Respuesta de México ante esta movilidad humana
Estas caravanas de migrantes paralizaron a las instituciones gubernamentales, debido a limitadas políticas migratorias, herramientas jurídicas e infraestructura inadecuada.
El Gobierno ha implementado la política «quédate en México», otorgando permisos temporales y asilo político a personas cuyos casos lo ameritan. Oficinas de Derechos Humanos han brindado atención a víctimas que han presentado denuncias por violaciones a sus derechos. Sin embargo, este fenómeno acrecentó la corrupción en las instituciones públicas y de supuestos activistas en venta de documentos, formas migratorias y turnos de atención, cobros elevados de servicios: vivienda, transportes, etc.
La población civil, iglesias, albergues, organizaciones y movimientos sociales, implementan diversos servicios de acogida, orientación, formación y promueven jornadas fraternas para su estadía: cocina solidaria, vestimenta y enseres, a lo largo de la ruta de paso.
«Fui extranjero y me acogiste» (Mateo 25, 35).
Movimiento de Trabajadores del Campo y la Ciudad (MTCC)
Chiapas, México