Becas, ¿para quién y para qué?

Becas, ¿para quién y para qué?
Foto de Kelly Sikkema en Unsplash
Cuando el neoliberalismo aprieta el acelerador pervierte la libertad y diluye la igualdad. La consecuencia es que prevalece el interés individual o corporativo sobre el bien común, entonces la fraternidad se hace añicos. Y, si esto lo queremos hacer compatible con el Evangelio, es un verdadero desastre.

A principios de junio, el Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó la flexibilización del criterio de renta familiar para el acceso a las becas que concede para cursar en centros privados Educación Infantil, Bachillerato y Formación Profesional, tres etapas educativas no obligatorias.

Ahora podrán optar a recibir la ayuda aquellas parejas con un hijo que ingresen anualmente hasta 107.739 euros, cuando antes el límite era de 30.000 euros para los que optaban a una ayuda para Bachillerato, de 60.000 para los de Formación Profesional (FP), o de 75.000 para los de Educación Infantil.

El objetivo, según han argumentado, es favorecer la libertad de elección educativa y llegar al mayor número posible de alumnado, eso sí, dando prioridad a las familias con rentas más bajas.

A raíz de esta medida, quisiera aportar algunas reflexiones, ya que lo que está en juego es cómo armonizar la equidad y la justicia con la libertad personal y familiar. En este caso, cómo garantizar el derecho a una educación de calidad y la justicia educativa con el derecho de las familias a elegir la educación de sus hijos e hijas.

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