La Iglesia cordobesa mantiene su solidaridad con los trabajadores de Zumosol
La Iglesia de Córdoba sigue acompañando a los trabajadores de la planta de Zumosol de la localidad de Palma del Río y apoya sus demandas en defensa de los puestos de trabajo y el cobro de lo salarios adeudaos.
Los 38 trabajadores que componen la plantilla, llevan encerrados en sus instalaciones desde antes de Navidad, cuando Central Andaluza de Gestión y Suministros Plásticos, S.L. (Cegeplas) renunció al contrato firmado con la propietaria de de Zumos Palma y comercializadora de la marca Zumosol, ahora en manos del fondo de inversión turco Toksöz.
Cegeplas se hizo cargo de la planta de exprimido de Zumos Palma a principios de noviembre pasado pero solo unos días más tarde anunciaba que renunciaba al contrato por incumplimiento de este por parte del fondo de inversión turco, por lo que procedió a dar de baja a los trabajadores de la Seguridad Social.
Así se encuentran, en un limbo legal, ya que ninguna de las dos empresas se hacen cargo de dichos trabajadores. Ahora ni están trabajando ni están en desempleo. Las demandas puestas transcurren lentamente y las reuniones con las distintas administraciones son infructuosas al no disponer estas de instrumentos legales que puedan impedir estos atropellos.
El secretariado diocesano de Pastoral del Trabajo de la diócesis de Córdoba, Juan Francisco Garrido, volvió a visitar a los trabajadores de la planta de Zumosol, en compañía del párroco de San Francisco de dicha localidad, Gabriel Castilla y varios miembros de dicha parroquia, además del presidente de la HOAC de Córdoba, Manuel Díaz y los militantes a HOAC de Palma del Río, Paqui García y Joaquín Tarifa.
En su visita, pudieron conocer de primera mano el abandono y la indefensión en la que se encuentran, además de escuchar sus principales reclamos que pasan por encontrar una solución a la situación laboral en la que se encuentran. Ahora ni están trabajando ni están en desempleo. Las demandas puestas transcurren lentamente y las reuniones con las distintas administraciones son infructuosas, al no disponer estas de instrumentos legales que puedan impedir estos atropellos.
Garrido considera que “la comunidad cristiana no puede quedar indiferentes ante el sufrimiento de estos trabajadores y de sus familias”. De hecho, explica que “su vulnerabilidad y sufrimiento ha resonado con fuerza en nuestras celebraciones de Semana Santa”, lo que también ha contribuido a experimentar con el resto de creyentes “cómo Jesucristo sigue padeciendo en los hombres y mujeres del trabajo, en concreto, en el abandono de estas familias”.
De igual manera, añade “hemos experimentado en estos días la Pascua de Resurrección, ni el mal, ni la muerte tienen la última palabra, tampoco la injusticia”, vivencia que les llama a “sembrar con nuestra palabra, nuestro testimonio y compromiso, signos de resurrección en el mundo del trabajo”. En el diálogo con los trabajadores acampados, han valorado las ayudas económicas y el acompañamiento en su difícil situación.
El secretario de Pastoral del Trabajo justifica la visita como una contribución a “visibilizar su problema y su lucha”. “La caridad, que es pilar fundamental de la vida cristiana, requiere de nosotros que ayudemos a cada una de estas familias, pero, del mismo modo, la caridad ha de ser política, como nos interpela el papa Francisco, aquélla que se pregunta por las causas, denuncia la injusticia y se compromete por sembrar el Evangelio en nuestra sociedad, también, en las relaciones económicas y laborales”, asegura.
Redactor jefe de Noticias Obreras