Esther Barba, presidenta de la JOC: “Quieren nuestra juventud para llevarnos a la economía sumergida y la precariedad”

Esther Barba, presidenta de la JOC: “Quieren nuestra juventud para llevarnos a la economía sumergida y la precariedad”
Esther Barba, presidenta de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), comenta la preparación de su 49 consejo que se celebra en el mes de diciembre en Alicante, dedicado a redescubrir, desde la fe, la clase obrera hoy y su vivencia de aspectos como el trabajo, el ocio, el sindicalismo, los estudios y la participación social.

¿Cómo va el proceso al 49 congreso? ¿Qué hay detrás de ese cartel?

Está siendo una experiencia muy enriquecedora. Tuvimos un primer momento para reflexionar qué implica ser obreros y obreras en cada dimensión de nuestra vida (ocio, estudios, trabajo, participación social, sindicatos y fe) y ahora estamos en el momento de identificar qué retos y llamadas nos encontramos en esas reflexiones hacia dentro del movimiento y hacia fuera. Después del Consejo, vendrá el momento de ponernos manos a la obra y llevar acción a nuestra realidad y nuestros ambientes.

Nuestra intención con este cartel es actualizar el concepto de qué significa ser clase obrera hoy en día. Este término, como muchos otros, se ha ido actualizando a la par que la sociedad ha ido cambiando y transformándose. Queremos profundizar en qué significa ser clase obrera y pertenecer al movimiento obrero para poder dar una respuesta como movimiento de Iglesia a esta realidad, teniendo siempre presente nuestro objetivo “educar y evangelizar a los y las jóvenes de la clase obrera”. Aunque en el cartel, ya adelantamos un poquito con la frase de nuestro querido D. Antonio Algora: “Donde hay balcones con ropa tendida, hay clase obrera.” que hay maneras fáciles de identificar dónde se encuentra y quién forma parte del mundo obrero en la actualidad. De ahí las camisetas con distintas reivindicaciones que pertenecen al movimiento obrero y que aparecen como elemento principal en el cartel.

¿Dónde está el interés: en el programa oficial o en los encuentros fuera de foco?

Siempre intentamos que el Consejo tenga espacios para la reflexión interna del movimiento, pero también momentos para compartir, anunciar y celebrar las conclusiones a las que hemos llegado y lo que aportamos y reivindicamos como jóvenes cristianos de la clase obrera.

Tendremos tres momentos importantes para compartir con todo el que se quiera unir; el acto inaugural, en el que daremos comienzo al 49º Consejo General; un acto público, que servirá para anunciar conclusiones a las que lleguemos y reivindicar las injusticias que no hacen posible que la juventud obrera de hoy día tenga los derechos que se merece (trabajo, vivienda, espacios de ocio alternativos…); y un último momento que será la Eucaristía, donde celebraremos todo lo trabajado, compartido y vivido, y en el que daremos las gracias a Dios Padre/Madre por acompañarnos en este proceso y hacernos conscientes de que estamos llamados y llamadas a trabajar porque el Reino de Dios se haga realidad.

Somos las que nacemos en una familia que siempre ha necesitado del trabajo para vivir y que nos transmiten esos valores de comunidad y servicio

¿Quién y por qué se define hoy día como joven de la clase obrera?

Son las jóvenes que empiezan a participar de la vida social y asociativa las que empiezan a vislumbrar que forman parte de algo más, que esa coordinación con otras personas que consideras tus iguales son las que hacen que nuestro ambiente se pueda ir transformando.

Es caer en el simplismo si solo relacionamos el ser obrero con el trabajo, o que solo depende el tipo de trabajo que tengas para definir si eres obrero o no. El trabajo es una parte fundamental de la vida de todas las personas, porque permite que nos desarrollemos de manera integral y nos posibilita poner nuestros dones al servicio de la comunidad, pero no es lo único que define al joven o la joven obrera. Entonces…, ¿qué rostro tiene hoy la juventud obrera? Los y las jóvenes de la clase obrera somos los que vemos el trabajo como herramienta para crecer, desarrollarnos y aportar a la sociedad; somos los que buscamos que la educación sea un bien al que tengan acceso todas las personas en igualdad de oportunidades (educación pública y de calidad); somos las que nacemos en una familia que siempre ha necesitado del trabajo para vivir y que nos transmiten esos valores de comunidad y servicio; somos las que vivimos en barrios y nos implicamos en ellos a través de asociaciones, colectivos, parroquias…; somos las que nos reconocemos como iguales y buscamos una sociedad con justicia social para todas las personas, sin que se quede nadie atrás.

¿Ser obrero se cura con la edad?

Cuando tomas conciencia de que perteneces al movimiento obrero no dejas de formar parte de él. No se cura porque no es una enfermedad, sino un estilo de vida, una forma de ver el mundo y de estar en él que nos define. Para nosotros, que además somos cristianos, Jesús nos muestra que para construir el Reino de Dios tenemos que hacer una opción por los más empobrecidos. Cuando llegas a profundizar en estas dos convicciones, ya no hay vuelta atrás, sabes que tu vida tiene sentido cuando la pones al servicio de las demás.

¿Cómo trata el mercado de trabajo a la juventud de hoy día?

También puedes leer —  Maru Megina a la JOC: "Los jóvenes del mundo obrero y la Iglesia os necesitan"

Como a meros números en función de los beneficios económicos, deshumanizando así el trabajo y quitándole dignidad, el verdadero sentido del SER y HACER, al reducirlos a mera mercancía. Como está escrito en nuestro material de reflexión de cara al consejo: “Este descarte de lo humano provoca deshumanización, empobrecimiento y desigualdad, porque se pone en el centro el dinero, el beneficio antes que a la persona y su dignidad; se opta por los contratos temporales antes que los indefinidos para ahorrar costes; se obliga a firmar una jornada parcial antes que una completa, aunque después hagas el doble de horas; te empujan a que aceptes un empleo por debajo de tu cualificación profesional para poder acceder al mercado laboral; que trabajes sin contrato, sin saber si mañana te llamarán o tendrás que volver al paro; quieren tu juventud pero no tu inexperiencia, de hecho se aprovechan de ella para llevarte por el camino de la economía sumergida y la precariedad, pagándote un salario de miseria que no te permite emanciparte, ni planificar tu futuro.”

Generación perdida y oveja perdida… ¿Quién rescatará a los jóvenes?

Deben de ser otros jóvenes los que rescaten a los propios jóvenes. Necesitamos de pastores que no nos den por perdidos, como parece que se hace últimamente con la constante criminalización que sufrimos por parte de los medios de comunicación. Las personas jóvenes necesitamos que se nos reconozca como parte fundamental de esta sociedad, como seres activos que queremos aportar por el bien común. Necesitamos de espacios en los que seamos protagonistas, seamos escuchados y también valorados y valoradas. Todo esto no es posible si desde las instituciones no apuestan por modelos que promuevan la participación juvenil y que se fomenten empleos de calidad para los y las jóvenes, que merecemos tener oportunidades para desarrollarnos desde la juventud, no que parece que se ha transformado en una etapa de paso en la que se normaliza la precariedad hasta que llegas a la vida adulta.

Si queremos que los jóvenes sean el futuro y tengamos futuro, tenemos que hacer una apuesta como sociedad y hacer cambios significativos en nuestro modelo de educación, trabajo y participación social

¿Cómo se vive la fe en los jóvenes trabajadores? ¿Por qué cuesta tanto verles en los bancos de las iglesias?

El objetivo de la JOC es educar y evangelizar a los jóvenes más empobrecidos de hoy en día, que no son otros que los jóvenes de la clase obrera, y por eso nuestra opción y encarnación en ellos. El Evangelio nos enseña a través de Jesús que hay que hacer una apuesta y tener fe en las personas más empobrecidas. Y como también aparece en nuestro material, “la fe se muestra con obras, es compromiso político porque interviene en el mundo y en la historia que nos implica y complica en la lucha por la justicia en el mundo obrero; se abaja y padece-con quienes sufren, con los pobres, los marginados y excluidos; se con-mueve ante la injusticia y actúa para revertir la situación. La fe se concreta en el seguimiento a Jesús, tratando de sentir, pensar y actuar como Él, en nuestra realidad concreta, en nuestro caso, en la clase obrera.”

Son cada vez más los jóvenes los que se sienten alejados de la Iglesia y que incluso la rechazan, por lo que se convierte en todo un reto hacer de enlace entre esos jóvenes y las iglesias. No ayuda que ahora los patios de las Iglesias estén cerrados con vallas… Antes ese mismo patio era punto de encuentro de los y las jóvenes y daba la sensación de que la Iglesia estaba en apertura. Y no solo pasa con las iglesias, parece que los jóvenes molestamos en todos lados y en muchas ocasiones nos encontramos con que no tenemos lugares para quedar con los amigos sin que eso conlleve un ocio de consumo. Tenemos que intentar cambiar esta realidad, ser Iglesia en salida y en apertura con la juventud.

Como coordinadora responsable de la Comisión Europa de la CIJOC para Europa, ¿cuál es la visión compartida de la situación de la juventud en Europa? ¿También en Europa hay clases?

La JOC de España acaba de asumir la responsabilidad de dinamizar la coordinación de los movimientos miembros de la CIJOC a nivel Europeo, pero ya hemos ido viendo en encuentros de coordinación o encuentros como el REM (Encuentro Europeo de Militantes) muchos puntos en común sobre la situación en la que se encuentra la juventud. Además, hay un factor en común y es que la JOC en los diferentes países también se encuentra en barrios obreros y por lo tanto las circunstancias y contexto de los jóvenes que participan suelen ser parecidas.

Nos llama la atención que tanto a nivel europeo como a nivel Internacional, muchas y muchos jóvenes optan por emigrar buscando un futuro que no se les asegura en su propio país, y que tristemente, en muchas ocasiones tampoco consiguen librarse de esa precariedad cuando llegan al lugar de destino.