Los trabajadores de Glovo se movilizan por sus derechos
La empresa de reparto a domicilio Glovo se enfrenta a un nuevo conflicto laboral. Esta vez son los trabajadores de sus almacenes los que se han declarado en huelga, para pedir ser contratados directamente por la firma y no, como ahora, a través de una intermediaria.
La degradación de las condiciones de trabajo, fomentada por la emergencia de empresas que al calor de las nuevas tecnologías, los vacíos legales y la laxitud de las administraciones, está empezando a recibir contestación y resistencia a través de la organización y movilización de los propios trabajadores.
No es fácil dar respuesta a la llamada “uberización” del trabajo que impulsan las plataformas digitales, dadas la falta de oportunidades laborales, la precarización de los empleos y la pérdida de prestigio de los sindicatos, pero poco a poco surgen plataformas que intentan organizar a los afectados con el asesoramiento puntual o permanente de las organizaciones de trabajadores tradicionales.
La justicia y la promulgación de normas que intentan ordenar las nuevas actividades económicas han dado alas a las movilizaciones. Lo que parecía ser una novedad prometedora por su capacidad de generar nuevos empleos pronto se convirtió en una vuelta a las prácticas abusivas del pasado.
Los vínculos laborales
Tras la entrada en vigor de la ley rider, Glovo argumenta que ha cambiado su modelo de gestión, aunque las organizaciones de trabajadores denuncian que, en realidad, lo que persigue es saltarse la norma.
El principal punto de fricción está en el reconocimiento de la relación laboral de los repartidos. Tanto el Tribunal Supremo como la ley que entró en vigor el pasado 12 de agosto entienden que los trabajadores deben ser tratados como asalariados de la empresa.
La dirección de Glovo anunció que solo contrataría a un 20% de sus 10.000 repartidores. El resto seguirán siendo “falsos autónomos” conectados “libremente” a través de la aplicación renovada que gestiona el reparto de los encargos de sus clientes. La aplicación permitía al trabajador decidir cuánto espera recibir por cada entrega, a modo de subasta. Los trabajadores notaron que quienes menos estaban dispuestos a cobrar, más pedidos recibían.
Con cambios de esta naturaleza que, en teoría, aumentaban la capacidad de decisión de los repartidos, la firma aspiraba a borrar los rastros de la presunción de laboralidad, por la que fue condenada por la Justicia y que da por sentada la nueva ley.
El efecto inmediato de este sistema retributivo fue la protesta de los trabajadores que, según las denuncias, vieron drásticamente reducidos los pagos recibidos. Glovo tuvo que anunciar su disposición a estudiar la eliminación de las nuevas tarifas.
Supermercados Glovo
Sin embargo, el último encontronazo afecta a una novedosa línea de negocio, en la que Glovo había depositado muchas esperanzas: la entrega a domicilio de la compra de productos básicos en sus almacenes. La empresa cuenta con seis supermercados en Barcelona, desde el que salen los pedidos que entregan sus repartidores.
Las movilizaciones de los cerca de 300 encargados de llevar la compra a los clientes de Barcelona, a pesar de no estar mayoritariamente sindicados ni organizados, coincidieron, en un principio, con la del resto de repartidores de Glovo que se quejaban de la modificación del sistema retributivo,
Los primeros días de huelga, a finales de agosto, el servicio de entrega de la compra quedó suspendido por la protesta, según los sindicatos convocantes. La dirección respondió contratando a trabajadores autónomos de sus otros departamentos, en lo que podría ser fraude de ley en la contratación y violación del derecho de huelga.
Los empleados de los supermercados reclaman la contratación directa y no por empresas de trabajo temporal, en su caso, JT Hiring, del grupo Jobandtalent, y cobrar el salario mínimo interprofesional, así como espacios para ir al baño, preparar los pedidos y reparto de agua.
“Todos están contratados por ETT con contratos temporales o de obra y servicio cuando es evidente que son repartidores fijos que hacen un trabajo estructural para la empresa”, ha explicado Carmen Juares, secretaria general de Nuevas Realidades Laborales de CCOO en Catalunya.
Además de la incorporación a la plantilla, los repartidos del Glovo Market, así se llama este servicio, exigen extras salariales por días de lluvia y por trabajo nocturno (un 25%), así como en los festivos (75%). También, cinco minutos diarios de descanso por hora, en vez de los 15 minutos en jornadas de seis horas actuales.
Al parecer, la dirección se niega a entablar conversaciones para fijar un convenio colectivo mientras se ha comunicado individualmente con algunos repartidores a los que habría ofrecido un contrato indefinido con un salario de 7,47 euros la hora, que es lo que establece el convenio colectivo de comercio de Cataluña. Los trabajadores mantienen la huelga para los días 3, 4, 5, 10, 11 y 12 de septiembre.
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Redactor jefe de Noticias Obreras