Los daños de la crisis climática nunca son equitativos

Cada año, desastres climáticos sin precedentes golpean al mundo. La causa fundamental de este problema reside en la codicia y la búsqueda egoísta del lucro que explota sin límites el medio ambiente y trata a la Tierra con una actitud consumista.
El principal factor del calentamiento global es el aumento de las emisiones de carbono derivadas de las actividades industriales, sin olvidar que nuestros hábitos cotidianos –sobreconsumo de electricidad, desperdicio de alimentos, uso de productos desechables– tienen un impacto negativo en el planeta.
Las olas de calor, los incendios, las sequías y las lluvias torrenciales repentinas afectan gravemente el crecimiento de los cultivos, provocando una disminución del 35% en la producción de patatas y un aumento de 1,5 veces en el precio de las fresas. La producción de arroz ha alcanzado su nivel más bajo en diez años.
Los precios de alimentos básicos como el kimbap (1), los huevos y los chiles están aumentando, agravando la carga de los hogares. Las personas que viven solas tienen más dificultades para comprar ingredientes. Los pequeños restauradores no pueden aumentar fácilmente sus precios a pesar del aumento de los costos. Las familias con bajos ingresos, que dedican una gran parte de su presupuesto a la alimentación, se ven especialmente afectadas, lo que puede provocar desequilibrios nutricionales.
El verano se convierte en una temporada de supervivencia para:
- Los hogares de bajos ingresos que no pueden costear aire acondicionado ni calefacción.
- Las personas mayores, los bebés y los enfermos crónicos son más sensibles a las temperaturas extremas.
- Las personas solas o con discapacidades tienen dificultades para recibir ayuda en caso de emergencia.
La crisis climática no es solo un problema ambiental, está vinculada a la desigualdad social.
Existen políticas públicas
- Refugios con aire acondicionado: cada verano, el Gobierno y las autoridades locales designan centros comunitarios, bibliotecas y centros sociales como refugios con aire acondicionado. En 2024, se habilitaron más de 50.000 refugios en todo el país.
- Iniciativas locales:
• instalación de dispensadores automáticos de botellas de agua fría;
• gestión de «refrigeradores de sanación» a lo largo de ríos y senderos;
• ampliación de los horarios de apertura de los centros para personas mayores;
• colaboración con hoteles para ofrecer refugios nocturnos a las personas mayores. - Distribución de kits de prevención: en 2025 se distribuyeron más de 81.000 kits a trabajadores de campo y poblaciones vulnerables.
- Refugios calefaccionados: Las estaciones de metro y centros sociales permanecen abiertos como refugios, con especial atención a las personas sin hogar.
En 2025, un sistema de ayuda que permite a más de 1,2 millones de hogares de bajos ingresos pagar por electricidad, gas o carbón, desempeña un papel fundamental durante los períodos de frío o calor extremos.
Movilización ciudadana y acciones colectivas
Durante la marcha ciudadana en Gwanghwamun, se recordó la muerte de un trabajador migrante en una obra de Gumi, víctima del calor extremo, subrayando que las condiciones precarias de trabajo y vivienda son una realidad para los jóvenes y un reflejo de la crisis climática.
Se necesita una toma de conciencia colectiva y esfuerzos comunes para construir un futuro sostenible.
La Acción Católica por el clima en Corea
Desde 2020, el Movimiento Católico Mundial por el Clima desempeña un papel clave en la adaptación de la encíclica Laudato si’ al contexto coreano mediante oraciones y campañas educativas. «Todo está conectado»: medio ambiente, economía y justicia social son inseparables.
(1) El kimbap o gimbap es un plato y un tentempié muy popular en Corea, elaborado con algas, arroz, proteínas (ternera, atún, tortilla, surimi) y verduras…

CWM Corea del Sur



