Mattia Ferrari: “La fuerza de los movimientos está en el amor que nos mueve y en las relaciones que construimos”

El coordinador de la plataforma del Encuentro Mundial de Movimientos Populares (EMMP), Mattia Ferrari, sacerdote italiano y capellán de Mediterranea Saving Humans, comparte su lectura del proceso vivido en la comunidad organizada de Spin Time, Roma, en el quinto encuentro y junto al papa León XIV.
Ferrari subraya la fuerza espiritual y política de los movimientos populares como “levadura” de un mundo nuevo y la necesidad de mantener viva la fraternidad con las Iglesias locales para “organizar la esperanza” frente a la exclusión.
¿Qué balance haces de este V Encuentro Mundial de Movimientos Populares y qué momentos te conmovieron más en Spin Time?
El balance es extremadamente positivo. Nos hemos reencontrado, hemos reforzado nuestras relaciones y hemos comenzado a organizar la esperanza. Fuimos recibidos por el papa León XIV, que nos dirigió unas palabras bellísimas, y estuvimos con él junto a las Iglesias locales de todo el mundo que acompañan cada día a los movimientos populares.
En resumen, fuimos recibidos por el Papa acompañados por toda la Iglesia. No podía ir mejor. ¡Ha sido una gran gracia del cielo! Dios ha bendecido el encuentro.
Once años después del impulso del papa Francisco, ¿cómo ha evolucionado la misión del EMMP y cuál es hoy su papel acompañando a los movimientos populares?
Creo que los primeros diez años sirvieron sobre todo para que los movimientos populares fueran reconocidos como un sujeto y comprendidos en su significado más profundo. Eso se logró en la primera fase del EMMP.
Ahora se trata, sobre todo, de poner en el centro las relaciones, de caminar juntos con la Iglesia universal y las Iglesias locales, y de organizar la esperanza.
Has dicho que “ningún movimiento popular debe sentirse solo”. ¿Qué significa para ti esa fraternidad y cómo se mantiene viva en el tiempo?
Significa que las relaciones entre los movimientos populares deben ser auténticas, verdaderas. Que debe existir una fraternidad real. Se mantiene viva en el tiempo mediante visitas recíprocas, organizando acciones de apoyo mutuo y acciones comunes.
Tiene que existir una amistad verdadera, que las personas y los movimientos populares perciban como tal, como ocurre con las amistades personales.
“La dignidad de la persona, la solidaridad y la fraternidad son los valores políticos por excelencia”

¿Qué papel pueden jugar los movimientos populares como fuerza ética y política de transformación en este cambio de época convulso?
Los movimientos populares representan un baluarte de humanidad. Con su sola existencia encarnan otro mundo posible, donde la dignidad de la persona, la solidaridad y la fraternidad son los valores políticos por excelencia. Su misión es no cerrarse, sino fecundar el mundo, ser levadura con nuestras vidas, nuestras relaciones, el diálogo y la colaboración con otros actores sociales e instituciones.
El papa León XIV afirmó que “el estandarte que ustedes levantan es tan actual que merece un capítulo entero en el pensamiento social cristiano sobre los excluidos del mundo de hoy”. ¿Qué responsabilidad implican?
Una responsabilidad muy grande: continuar, con humildad y perseverancia, caminando, luchando y sirviendo. Tenemos una enorme responsabilidad no solo hacia nosotros mismos, sino también hacia la Iglesia y hacia el mundo, que mira a los movimientos populares como un sujeto importante del pensamiento social cristiano.
Estaremos a la altura si somos humildes, conscientes de que somos pobres y débiles, y de que nuestra fuerza está en el amor que nos mueve y en las relaciones que construimos.
“Si la convergencia entre los movimientos populares y la Iglesia fuera ideológica, sería una convergencia débil”
El EMMP busca tender puentes entre los movimientos populares y las Iglesias locales. ¿Cómo se concreta ese diálogo y qué desafíos persisten?
Se concreta construyendo relaciones auténticas y profundas, a partir del compromiso en los territorios. No hay nada en el mundo que una más que compartir el mismo amor por quien sufre. Si la convergencia entre los movimientos populares y la Iglesia fuera ideológica, sería una convergencia débil. La convergencia ocurre porque ambos viven el mismo amor por las personas excluidas y oprimidas.
También las relaciones con las Iglesias locales deben construirse así: partiendo del amor común hacia los excluidos y oprimidos de nuestras propias ciudades. Al hacernos hermanos y hermanas de los últimos, siempre nos descubrimos también hermanos y hermanas entre nosotros.
¿Qué pasos prevés para el futuro del EMMP y qué te da esperanza para seguir organizando la esperanza frente a la exclusión?
Tendremos que reflexionar a fondo con toda la plataforma del EMMP para discernir qué pasos dar juntos. Creo, sin embargo, que estarán en la línea marcada por la declaración final del encuentro: fortalecer las relaciones y organizarnos juntos.
La esperanza nace de eso, de sentir que no estamos solos. Cuando el papa León dijo: “Quiero que me escuchen decir: ‘¡Estoy con ustedes!’”, la esperanza renació en quienes la habían perdido. ¿Por qué? Porque sintieron que no están solos. La soledad hace perder la esperanza; el amor y la solidaridad la regeneran. Es necesario organizar la solidaridad para organizar la esperanza.
“Discerniremos juntos cómo continuar este camino de manera constante”
¿Han surgido propuestas o deseos de nuevos encuentros?
Han surgido innumerables propuestas y deseos de nuevos encuentros. Podríamos ya fijar los próximos veinte encuentros mundiales de los movimientos populares. Discerniremos juntos cómo continuar este camino de manera constante. Por ahora podemos decir que este entusiasmo que se ha reavivado y se está extendiendo es un gran fruto de este encuentro. La esperanza de que todos juntos, con humildad y perseverancia, podamos luchar, cambiar las cosas y hacer la vida bella, está realmente expandiéndose. Y eso es una gran gracia.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)



