Ser cristianos implica acoger a todas las personas

Ser cristianos implica acoger a todas las personas
FOTO | Menores migrantes rescatados por Salvamento Marítimo en Canarias. Vía Carlos de Saá, EFE

Después de escuchar las palabras del alcalde de Elche rechazando la acogida de menores migrantes, desde Canarias, en nuestra ciudad diciendo que “no son niños, son otra cosa, son tíos de 16, 17, 18 años” la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) manifiesta su indignación y exige una rectificación pública.

Entendemos que un contenido fundamental de la fe y de la identidad cristiana es la acogida de todas las personas y los menores de edad sin familia con más motivo.

Por este motivo nos unimos a todos los grupos no cristianos o cristianos (Plataforma Ayuda a Refugiados, Elche Acoge, Cruz Roja, Cáritas) que están apoyando la acogida y acompañamiento de las personas que proceden de otros países.

Si hay algún libro sensible al respecto y a la acogida a personas migrantes, este libro es la Biblia que, para los cristianos es Palabra de Dios. Nos dice el libro del Levítico: “Si un migrante reside con vosotros, será para vosotros como un nativo lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto”.

Pero el texto más importante es, sin duda alguna, Mateo 25, 35 cuando nos dice “fui forastero y me hospedasteis….”.  Aquí Jesús se identifica con el migrante y con los forasteros, de tal manera que lo que hagamos por un forastero lo hacemos por el mismo Jesús.

Ante estas posiciones de rechazo, la Conferencia Episcopal Española (CEE) nos dice que “manifiesta su profundo rechazo a esta postura que ignora, tanto los principios humanitarios como las obligaciones legales de nuestro país, España, como estado de derecho y firmante de Convenciones Internacionales en materia de migración”.

Del mismo modo, con respecto a la dignidad humana, la Iglesia sostiene que todo menor, sea migrante, refugiado o no, tiene la dignidad inherente que debe ser respetada, no acepta que se le criminalice y etiquete de forma peyorativa.

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Por tanto, la Iglesia manifiesta su solidaridad y acogida, se posiciona como dispuesta a acoger, acompañar e integrar a estos menores y, reclama que haya cooperación y reparto justo de responsabilidades entre las administraciones territoriales.

Cuando lo rechazamos, rechazamos al mismo Jesús y renegamos de nuestra fe, dejamos de ser cristianos. Está muy claro que rechazar a los inmigrantes es renegar de la identidad cristiana o desconocer lo que es ser cristianos. Este es el pensamiento de toda la Doctrina Social de la Iglesia y de los últimos Papas.

Hay otras razones históricas que nos obligan a acoger a los migrantes, como por ejemplo que España ha sido siempre un país de emigrantes, y que, en la actualidad, se calcula que cientos de miles de jóvenes han salido a buscar trabajo o a estudiar en otros países.

Es por todo esto que deploramos y rechazamos las palabras del alcalde Pablo Ruz, porque entendemos que atentan contra la dignidad de las personas.