Trabajadoras y trabajadores cristianos de Córdoba se solidarizan con las familias del asentamiento incendiado

Trabajadoras y trabajadores cristianos de Córdoba se solidarizan con las familias del asentamiento incendiado
FOTO | Juan Ayala, vía El Día de Córdoba
La Hermandad Obrera de Acción Católica de Córdoba (HOAC) expresa su solidaridad con las familias afectadas y exige a las autoridades locales “actuar con responsabilidad y justicia” ante una situación de exclusión estructural que considera “inadmisible en pleno siglo XXI”

El incendio ocurrido recientemente en un asentamiento romaní –arrasó una veintena de chabolas y desalojó a más de cuarenta personas– situado junto al centro comercial  Zahira, en Córdoba, ha provocado que este movimiento de la Iglesia diocesana haya hecho público un comunicado en el que califica lo sucedido como “la consecuencia directa de una situación de vulnerabilidad estructural que arrastran desde hace años”, al tiempo que reclama una respuesta institucional urgente y sostenida.

“La pobreza y la exclusión no son fenómenos naturales”, denuncia la organización eclesial, sino “el fruto de desigualdades sociales y económicas que impiden el acceso a condiciones de vida dignas y seguras”. A juicio de su presidenta, Soledad Crespo Rueda, “la vulnerabilidad de los pobres no depende solo de un fuego o una tormenta, sino del olvido sistemático de quienes deberían velar por su bienestar y derechos”.

El movimiento expresa su “solidaridad profunda y fraterna con las familias afectadas por este desastre” y se une a “su dolor, su indignación y sus justas reivindicaciones”. Según Crespo, “nos duelen sus pérdidas materiales, pero aún más el abandono institucional que las provoca y perpetua”.

Compromiso activo y denuncia profética

La HOAC de Córdoba considera que el incendio ha puesto al descubierto una realidad “profundamente injusta” que afecta a decenas de familias que viven “entre materiales desechables e inflamables, sin agua corriente, sin electricidad, sin saneamiento, sin calles asfaltadas, rodeadas de rastrojos secos y ratas, a la vista de todos… y al olvido de muchos”.

Ante esta situación, el movimiento diocesano se compromete públicamente a acompañar, personal y comunitariamente, a las familias afectadas, en “diálogo permanente con la asociación que las representa”; un compromiso extensible a quienes viven en condiciones similares. Asimismo, hará llegar sus demandas a las autoridades locales, “exigiendo que no miren para otro lado”; y trabajará por sensibilizar a la sociedad cordobesa, “para que nadie permanezca indiferente”.

Citando al papa Francisco, Soledad Crespo recuerda que “la solidaridad es una palabra que expresa mucho más que actos esporádicos de generosidad: es pensar y actuar en términos de comunidad”. Por ello, “nos comprometemos a actuar en términos de comunidad y justicia, junto a quienes hoy lo han perdido casi todo, para que nadie más vuelva a quedar fuera”, concluye.