Trabajadoras y trabajadores cristianos piden a la OIT reforzar lazos con la Santa Sede para avanzar hacia “una globalización de la justicia”

Trabajadoras y trabajadores cristianos piden a la OIT reforzar lazos con la Santa Sede para avanzar hacia “una globalización de la justicia”
La copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, Christine Isturiz, ha intervenido en la 113 Conferencia Internacional del Trabajo para reclamar condiciones laborales dignas y denunciar la represión sindical. “Cuidar el trabajo comienza por cuidar a las personas que trabajan”, ha planteado.

En el marco de la 113ª Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), que se celebra en Ginebra hasta el 13 de junio, la copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), Christine Isturiz, ha tomado la palabra, este miércoles, en la sesión plenaria para subrayar la urgencia de garantizar condiciones laborales dignas y reforzar la dimensión humana del trabajo. El MMTC agrupa actualmente a más de 50 organizaciones procedentes de África, América, Asía y Europa.

“Nos alegra la claridad y el compromiso expresados en el Informe del director general”, ha declarado Isturiz, al tiempo que ha manifestado su coincidencia con el diagnóstico planteado: “El vínculo entre empleo, derechos y crecimiento se debilita en un contexto de descontento, inseguridad y crecientes desigualdades”.

Desde su experiencia, ha afirmado que “lo constatamos en nuestras comunidades, entre trabajadores y trabajadoras empobrecidos, precarizados, sin acceso a una protección social ni a una participación real”.

Trabajo decente, organización y justicia social global

La intervención de Isturiz en el mayor parlamento mundial del trabajo ha pivotado sobre tres prioridades. La primera ha sido la necesidad de “poner en el centro el trabajo decente”. En sus palabras, “no cualquier empleo, sino aquel que respeta los derechos, ofrece condiciones dignas y permite una vida plena de sentido”. En este sentido, ha destacado la aprobación de una nueva directiva en Europa “que busca proteger mejor a los repartidores de plataformas”.

En segundo lugar, la dirigente del MMTC ha insistido en la importancia de reforzar el diálogo social. “La democracia en el trabajo y en su organización es una condición para sociedades justas y avanzadas”. Ha reclamado una participación real de las personas trabajadores, “en particular de los más excluidos, de quienes más sufren”. “En el MMTC trabajamos en la formación de la conciencia obrera y en la importancia de organizarse para que todas las voces sean escuchadas”, ha afirmado.



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Entre los ejemplos compartidos, ha destacado cómo “en Malí, pequeñas camareras de hoteles crean su sindicato” o el caso de la República Centroafricana, donde “cuatro empleados murieron y varios resultaron heridos cuando explotó una turbina en Palme d’Or, a pesar de las alertas de los servicios de salud y seguridad. Los trabajadores se movilizaron y se instaló un mejor equipamiento”.

Por último, Isturiz ha respaldado la propuesta de un nuevo contrato social mundial centrado en las personas, que proteja tanto el trabajo formal como el informal y tenga en cuenta el cuidado del planeta. “Trabajamos en ello en el marco de nuestro plan cuatrienal titulado ‘La justicia social en una economía para la vida’”. Y ha recordado los criterios básicos de justicia social señalados por el papa Francisco (tierra, techo y trabajo): “Ningún trabajador sin derechos. Ninguna familia sin techo. Ninguna persona sin dignidad”.

“Cuidar el trabajo comienza por cuidar a las personas que trabajan”, ha defendido. “Es una dimensión esencial del trabajo decente que no puede ser dejada de lado en las políticas laborales ni en las decisiones económicas”, advirtió. También ha compartido la preocupación el nuncio apostólico Ettore Balestrero, en su intervención en el pleno de la OIT, por el reconocimiento del trabajo de cuidados, “que a menudo es invisible o no remunerado, cuando representa la esencia misma de la relación entre las personas”.

Isturiz ha denunciado la represión que sufren militantes cristianos en distintos países: “En muchos países nuestros militantes sufren represión y son silenciados, el último ejemplo es Nicaragua”.

La copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos ha hecho un llamamiento a estrechar los lazos entre la OIT y la Santa Sede “durante este pontificado, para que podamos avanzar juntos hacia una globalización de la justicia y de la dignidad, donde el trabajo decente sea una realidad para todos y en todo lugar”, ha concluido.