El cónclave afronta hoy una jornada decisiva con cuatro votaciones clave

El cónclave afronta hoy una jornada decisiva con cuatro votaciones clave
El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco afronta este jueves una jornada decisiva, con cuatro votaciones previstas que podrían resolver la elección del nuevo pontífice o abrir un escenario más complejo

La tensión es máxima entre los 133 cardenales electores, divididos entre quienes desean continuar con la senda reformista de Francisco, quienes se ponen de perfil y quienes apuestan por una corrección de rumbo.

Tras la fumata negra de anoche, –previsible en el primer escrutinio, pero un resultado anunciado dos horas más tarde de lo esperado que ha dado pie a todo tipo de especulaciones–, los purpurados ya disponen de una fotografía clara del reparto inicial de apoyos. Comienza el momento decisivo: se han desvanecido las quinielas, los papables inflados por la prensa y las conjeturas de pasillo. Ahora los cálculos se hacen sobre votos reales.

El favorito de las vísperas, el cardenal italiano Pietro Parolin, no logró los 89 sufragios necesarios —los dos tercios— para ser elegido. Aun así, sigue en la carrera si ha conseguido agrupar en torno a 50 votos, como se llegó a estimar en las crónicas periodísticas. La gran incógnita es si han aparecido ya otros nombres con paquetes consistentes de apoyo, capaces de disputar el liderazgo o forzar alianzas entre bloques.

Votaciones de hoy

Los cardenales iniciaron la jornada este jueves a las 8:00 con la misa y las Laudes en la Capilla Paulina. A las 9:15 se han retirado a la Capilla Sixtina para proceder a las dos primeras votaciones del día. Por la tarde están previstas otras dos votaciones, seguidas de las Vísperas. Habrá una fumata tras cada sesión (mañana y tarde). Y ya saben, si es blanca, tendremos nuevo Papa; y si es negra, el conclave se prolongará.

Una prolongación más allá del jueves marcaría una ruptura con los dos últimos cónclaves, resueltos en un solo día —cinco votaciones en 2013 y cuatro en 2005—, y abriría paso a un escenario de negociación más abierta con las dificultades que esto entraña.

El clima está cargado de incertidumbre. El inicio del cónclave estuvo marcado por un gesto inesperado y grave: el cardenal Giovanni Battista Re, en su homilía previa, omitió toda mención al papa Francisco, algo sin precedentes que ha sido interpretado como una posible señal de distanciamiento. Al término de la misa, Re se acercó públicamente a Parolin para desearle auguri (“enhorabuena” o “suerte”), un gesto que ha alimentado las especulaciones sobre su candidatura, como cuentan fuentes vaticanistas.

Todo dependerá de lo que ocurra en las próximas horas en la Capilla Sixtina. Si nadie consigue despegar, si los bloques se atrincheran para bloquear al contrario, la elección podría entrar el viernes en una fase de mayor complejidad para avanzar en lo –en mi opinión– que la Iglesia necesita: levantar la bandera de humanidad y justicia social en las periferias; profundizar en la sinodalidad y en la igualdad de todo el pueblo de Dios, y ser luz de fraternidad y amistad social en el mundo. En síntesis, el legado de Francisco y darle recorrido.