Diez claves sobre la siniestralidad laboral y las enfermedades profesionales en 2024

El Informe de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales 2024, elaborado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), revela una realidad alarmante en materia de siniestralidad laboral: un aumento del 10,4% en los accidentes mortales en el trabajo, a pesar de una ligera reducción en los accidentes con baja
El análisis muestra que esta reducción de la siniestralidad no se debe a mejoras preventivas, sino a transformaciones en el empleo, como son la reducción de la temporalidad y el aumento del empleo en sectores de menor riesgo. Además, el informe aborda problemáticas persistentes como el subregistro de enfermedades profesionales, el envejecimiento de la población trabajadora y la brecha de género en la siniestralidad.
La situación pone de manifiesto la necesidad urgente de actualizar el sistema preventivo español para abordar los nuevos riesgos y garantizar condiciones de trabajo dignas y seguras. Estas son sus diez preguntas clave para comprender el alcance y las implicaciones de este enorme conflicto social:
1. ¿Por qué han aumentado la siniestralidad laboral con resultado de muerte?
En 2024 se registraron 796 muertes laborales, un incremento del 10,4% respecto al año anterior (75 fallecidos más). Aunque la incidencia de accidentes con baja en jornada se redujo un 2,3%, los accidentes mortales en jornada aumentaron un 8,6%. Si se amplía la perspectiva desde 2019, la incidencia de accidentes con baja en jornada ha disminuido un 12%, pero los accidentes mortales han aumentado un 5,4%. Este aumento de la siniestralidad mortal, especialmente en trabajos manuales y con baja remuneración, refleja que las condiciones de trabajo no han mejorado, sino que la reducción se debe a cambios en el mercado laboral.
2. ¿Cuál es el impacto del “efecto composición” en la reducción de la siniestralidad?
El informe destaca que la disminución de la siniestralidad no refleja mejoras reales en las condiciones de trabajo, sino un cambio en la composición del empleo. La población ocupada creció en 1.900.000 personas entre 2019 y 2024, especialmente en sectores de menor siniestralidad. Las actividades con incidencia de accidentes con baja superior a la media aumentaron en 653.000 personas, mientras que aquellas con incidencia inferior crecieron en 1.221.000, el doble. En cuanto a los accidentes mortales, los sectores con menor incidencia aumentaron su ocupación en 1.434.700 personas, frente a 440.000 en sectores con mayor siniestralidad.
3. ¿Cómo influye el envejecimiento de la población trabajadora en la siniestralidad mortal?
El aumento de trabajadores mayores de 50 años en sectores de alta siniestralidad ha impulsado el número de accidentes mortales. Entre 2019 y 2024, el número de personas mayores de 50 años en ocupaciones de alta incidencia de accidentes mortales aumentó en medio millón, representando el 13% del total de la población ocupada. La mayor prevalencia de patologías no traumáticas (como infartos e ictus) en estos grupos, junto con las dificultades para adaptarse a trabajos físicamente exigentes, explica el incremento de la siniestralidad mortal en esta franja etaria.
La mayor incidencia de los accidentes de trabajo con baja la sufren en cambio las personas más jóvenes que a medida que aumentan en edad ven reduciendo este indicador, tal vez, al ganar en experiencia.
4. ¿Ha tenido la reforma laboral de 2022 un impacto negativo en la salud y seguridad en el trabajo?
La reforma laboral de 2022 redujo la temporalidad en la contratación, disminuyendo el riesgo asociado a la inestabilidad laboral. Sin embargo, esta reducción ha generado un aumento de la siniestralidad en contratos indefinidos, especialmente en los fijos discontinuos, que presentan una rotación similar a la de los contratos temporales. En 2024, el 39% de los nuevos contratos eran indefinidos, en contraste con el 6% en 2019. Sin embargo, muchos de estos contratos fijos discontinuos mantienen características propias de la temporalidad, lo que desplaza la siniestralidad sin reducirla realmente.
5. ¿Por qué la siniestralidad sigue siendo una cuestión de clase?
El informe señala que la siniestralidad está estrechamente vinculada a las ocupaciones manuales y de baja remuneración. Entre 2019 y 2024, las ocupaciones con alta incidencia de accidentes con baja crecieron en 462.800 personas, mientras que las de baja incidencia aumentaron en 1.753.400. En el caso de los accidentes mortales, las ocupaciones con menor incidencia incrementaron su población ocupada en 1.847.100 personas, frente a 368.500 en ocupaciones de mayor siniestralidad. Esto demuestra que la reducción global de accidentes no se debe a mejores condiciones de seguridad, sino a un cambio en el perfil ocupacional.
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6. ¿Por qué sigue existiendo un fuerte subregistro de enfermedades profesionales?
El subregistro de enfermedades profesionales (EEPP) sigue siendo uno de los problemas más graves de la salud laboral en España. En 2024, el 81% de los partes notificados se debieron a agentes físicos, especialmente trastornos musculoesqueléticos (78%), mientras que solo el 0,4% correspondió a enfermedades provocadas por agentes carcinógenos, a pesar de que se estiman más de 16.000 casos anuales de cáncer laboral. Además, los trastornos mentales derivados del trabajo no están reconocidos como enfermedades profesionales, lo que invisibiliza su impacto en la salud laboral.
7. ¿Por qué ha vuelto a aumentar la silicosis en España?
En 2024 se notificaron 517 casos de silicosis, el mayor número desde el año 2000. Este aumento está directamente relacionado con el uso de aglomerados de cuarzo en la industria manufacturera y la construcción, especialmente en el corte y tallado de piedra en marmolerías. Desde 2000, el número de casos de silicosis se ha multiplicado por 34. La clasificación de la sílice cristalina como agente cancerígeno en 2018 ha aumentado la vigilancia, pero también ha revelado la insuficiencia de medidas preventivas en sectores específicos.
8. ¿Cómo afecta la brecha de género en la siniestralidad laboral?
Los accidentes de trabajo tienen un marcado perfil masculino: el 71% de los accidentes con baja en jornada y el 94% de los accidentes mortales corresponden a hombres. Sin embargo, en los accidentes in itinere, el 54% son mujeres, lo que se asocia con la alta temporalidad femenina, el trabajo a tiempo parcial y la asunción de tareas de cuidados. Este perfil desigual refleja cómo la precariedad laboral femenina aumenta su exposición a ciertos riesgos, especialmente durante los desplazamientos laborales.
9. ¿Por qué el sistema preventivo está desfasado respecto al mercado laboral actual?
A pesar de los cambios estructurales en el empleo desde la crisis económica, el marco legislativo de prevención de riesgos laborales sigue sin actualizarse. Esto provoca que muchos sectores sigan expuestos a riesgos tradicionales (golpes, caídas, atrapamientos) que deberían haberse erradicado con medidas básicas de seguridad. Además, el sistema preventivo no responde adecuadamente a los riesgos psicosociales, como la intensificación del trabajo o el estrés asociado a la digitalización.
10. ¿Qué medidas propone este sindicato?
CCOO propone un enfoque integral para abordar los problemas estructurales que afectan a las salud y seguridad en el trabajo. Las medidas incluyen:
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Actualización del marco legal: Reformar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales para integrar los riesgos psicosociales, el envejecimiento laboral y la perspectiva de género.
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Refuerzo de la Inspección de Trabajo: Aumentar el número de inspectores para alcanzar la ratio recomendada por la UE (1 por cada 10.000 personas trabajadoras) y mejorar su especialización en riesgos emergentes.
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Transformación del modelo de Mutuas: Reforzar su carácter público, garantizar la participación sindical en la gestión y controlar que su objetivo sea la prevención efectiva, no solo la gestión documental.
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Gestión preventiva democrática: Aumentar la participación sindical en la elaboración de planes de prevención y en el control de condiciones laborales, especialmente en empresas sin representación sindical directa.
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Reducción de la jornada laboral: Proponer una reducción de la jornada sin aumento de ritmos/carga de trabajo, para prevenir riesgos psicosociales y mejorar la conciliación. Se trata de una medida que contribuiría a la mejora de la salud mental del conjunto de la población laboral, especialmente para reducir el conflicto trabajo-vida que todavía afecta mayoritariamente a las mujeres trabajadoras.
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Reconocimiento de enfermedades laborales: Actualizar el cuadro de enfermedades profesionales para incluir patologías psicosociales y crear un registro específico para trabajadores expuestos a agentes cancerígenos.
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Prevención de riesgos asociados al envejecimiento: Establecer medidas que reduzcan la exposición de trabajadores mayores a tareas de alto riesgo y fomentar la adaptación ergonómica de los puestos de trabajo.
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Potenciación de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027: Desarrollar planes de acción específicos para garantizar su cumplimiento en todas las comunidades autónomas.
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Nota. El informe del sindicato CCOO está elaborado a partir de datos oficiales del Ministerio de Trabajo y Economía Social, el Observatorio de las Contingencias Profesionales y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE)

Redacción de Noticias Obreras.