Un triple de triple comunión

Un triple de triple comunión
A pesar de las incertidumbres y las angustias es posible vivir «la esperanza que no defrauda», cuando se responde desde el amor y la fraternidad. Tres pequeños gestos nos muestran las posibilidades de vivir la comunión de vida, bienes y acción.

En una reunión de la Coordinadora Andaluza de Pastoral Obrera, recordando a personas y situaciones de nuestro alrededor, pusimos en manos del Padre el accidente laboral de un joven de 28 años ocurrido en el Palacio de Deportes de Granada al caerse desde una altura de unos diez metros, quedando en estado muy grave.

A partir de este momento, el pueblo de Villargordo (Jaén), de donde es el joven, dio muestras de preocupación y entre los creyentes elevaron sus oraciones al Señor de la Salud, al que se le tiene gran amor y devoción.

El Consejo Pastoral de la parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Villargordo acordó poner su granito de arena, ofreciéndole su apoyo moral y económico a la familia, para poder pagar gastos de viajes, vivienda, comida…, en caso necesario.

Ante la urgencia de encontrar una vivienda en Granada para la familia del trabajador herido, la HOAC de esa diócesis, a la que se le pidió colaboración, llamó a todas las puertas que se les ocurrió como servicios sociales y pastoral de la salud, por si sabían de algún alojamiento disponible. Gracias a Dios, apareció una posibilidad. Al tiempo, el empresario comunica que ha encontrado una vivienda más cercana al hospital y su disponibilidad de que la empresa corra con todos los gastos.

Cómo no acordarnos de Mateo 25, 40: «En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis». Damos gracias a Dios porque el joven está recuperándose en su pueblo, en medio de muestras de cercanía y solidaridad.

Pilar, casada con Fran y con tres hijos, lleva tiempo esperando una llamada de la bolsa de personal de Administración de Justicia, después de haber aprobado las cinco veces que se presentó, aunque sin obtener plaza.

Por fin recibe la llamada para trabajar, pero para hacerlo en la ciudad de Palencia, donde no conoce a nadie y a la que tenía que acudir desde Jaén en el plazo de una semana, tiempo que dedica a llamar a las inmobiliarias en busca de una vivienda asequible. Si no se presenta en su puesto, perderá la oportunidad de trabajo que lleva esperando tanto tiempo con «toda la ilusión del mundo».

Militantes de la HOAC de Jaén se ponen en contacto con los compañeros de Palencia para comunicarles la situación. No tardaron ni un día en responder que tenía una vivienda disponible. La familia de Pilar no puede ocultar su sorpresa al ver que personas que no la conocían de nada les ofrecían un lugar para vivir.

Estamos llamados también
a anunciar la bondad con la que
nos cruzamos y a contrarrestar a tanto
malo que también existe y
tan rápido se propaga

La dueña de la vivienda, antigua militante de la HOAC no le ha pedido ni un solo euro en estos dos meses que lleva viviendo en Palencia. Dos meses después, se puede decir «a boca llena» que la familia hoacista de Palencia ha formado una gran familia con Pilar y Fran.

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«Nunca tendremos como pagarle a esta gran familia», «están siempre pendientes de mí, como si fuera su hija», dice Pilar. Su marido Fran tuvo que quedarse en Jaén por motivos laborales. Pilar y Fran muestran su agradecimiento ofreciendo productos jienenses, incluido el «oro líquido» que es el aceite de oliva.

La comunidad hoacista de Jaén está muy agradecida a toda la militancia de Granada y de Palencia por esas manifestaciones de amor y de vivencia de la triple comunión. Nos llena de alegría que estas dos familias hayan recobrado la salud y el trabajo. «¡Qué diferente sería una colectividad donde imperase el mandamiento de Cristo…!», exclamaba Guillermo Rovirosa.

Seguramente, si nos paramos un poquitín a reflexionar, podremos descubrir muchas obras de amor alrededor de nosotros y nosotras. Estamos llamados también a anunciar la bondad con la que nos cruzamos y a contrarrestar a tanto malo que también existe y tan rápido se propaga. Cuando comunicamos lo positivo, se refuerza la opción por vivir la triple comunión.

Otra humilde aportación, también relacionada con la vivienda, es la oferta permanente de un piso de militantes de Jaén a quienes puedan necesitarlo. De forma desinteresada, durante un tiempo, ha vivido allí una familia desahuciada, una chica que había encontrado trabajo en una residencia de mayores, pero no podía pagarse un techo o a una de las Jornaleras de Huelva en lucha, de paso por la ciudad para participar en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Después de todo, el ideal cristiano es muy claro: «Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos según la necesidad de cada uno. A diario frecuentaban el templo en grupo; partían el pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón» (Hch. 2, 44-47).

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