Trabajadoras y trabajadores cristianos reafirman su compromiso con la cultura de la paz

Trabajadoras y trabajadores cristianos reafirman su compromiso con la cultura de la paz
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) se suma al manifiesto contra el rearme europeo y participa en las concentraciones de este sábado 30 de marzo en favor del alto el fuego definitivo en Palestina

Este movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos de la Iglesia española, ha reforzado su compromiso con la cultura de la paz al adherirse al manifiesto respaldado por más 800 entidades sociales, sindicales, ecologistas y pacifistas, No nos resignamos al rearme y a la guerra en Europa, que denuncia la creciente inversión militar en el continente y la deriva belicista de los gobiernos europeos. Con este paso, la HOAC se suma a las voces que apuestan por “un modelo de paz, de bienestar social y de ampliación de derechos para todos”.

“El rearme de Europa no traerá la paz, no contribuirá a la distensión, sino que nos acercará aún más a la guerra”, denuncia el manifiesto, suscrito por decenas de organizaciones sociales, culturales y pacifistas. El texto reclama una política exterior europea orientada por la justicia social, la diplomacia activa y el fortalecimiento de los derechos, frente a la lógica del miedo, el autoritarismo y el militarismo.

Clamor por la paz

En esta misma orientación de promover la cultura de la paz, la organización eclesial secunda la convocatoria de las concentraciones en las 85 poblaciones organizadas este sábado 30 de marzo por el movimiento ParaLaGuerra.es, una plataforma que agrupa a más de un centenar de organizaciones y miles de profesionales de la cultura. La presidenta general de la HOAC, Maru Megina, estará presente en la concentración de Madrid, que se celebrará a las 12:00 h en la plaza Juan Goytisolo, junto al Museo Reina Sofía.

Con el lema “Por una paz justa (Palestina Libre). Alto el fuego definitivo. ni terrorismo, ni genocidio“, la convocatoria denuncia la ruptura del alto el fuego en Gaza por parte de Israel y exige el cese inmediato de la violencia. El acto central contará con una acción artística: una performance con planchas gigantes que reproducen reinterpretaciones de la “madre del Guernica”, elaboradas por ocho reconocidos artistas del graffiti procedentes de distintas regiones del país.

Estas creaciones, expuestas en un montaje visual de 16 metros de altura, simbolizarán la resistencia civil frente a la barbarie. Además, se inaugurará una exposición de arte por la paz y los cineastas Javier Fesser y Fernando Colomo leerán un manifiesto en solidaridad con el director palestino Hamdan Ballal, agredido y detenido esta semana. “Cada artista al que agredan, detengan o asesinen, 100 nos levantaremos en España para responder”, afirman desde la organización.

“La guerra es siempre una derrota, ¡siempre!”

La participación de este movimiento de la Acción Católica Española en esta jornada de movilización se enmarca en coherencia con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, que rechaza “la guerra como medio para resolver conflictos” (CDSI, 497) y propone el desarme progresivo, el diálogo entre pueblos y la fraternidad universal como caminos para una paz duradera.

Además, el compromiso del movimiento cristiano coincide con las reiteradas advertencias del papa Francisco, quien ha denunciado que “la guerra es siempre una derrota, ¡siempre!” y ha criticado la actual “tercera guerra mundial en pedazos”. En línea con esta denuncia, el director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, Andrea Tornielli, ha cuestionado en Vatican News el rearme de la Unión Europa y la falta de diplomacia. “La escalada armamentística no es un camino que conduzca a la paz, sino que refuerza la lógica de la guerra”, una dinámica que “el papa Francisco ha denunciado repetidamente”.

También puedes leer —  Un conflicto letal también para los periodistas

Explorar caminos de diálogo

La voz colectiva que no se resigna al rearme y a la guerra en Europa insiste en que las inversiones destinadas al rearme europeo —hasta 800.000 millones de euros en cuatro años, según lo anunciado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen— se están realizando “sin debate ciudadano, sin transparencia ni detalle y con urgencia (…) ¿No sería necesario invertir en mayores esfuerzos políticos y diplomáticos que ante las amenazas de agresión busquen caminos de diálogo todavía no explorados?”, plantean.

“Nos negamos a aceptar que el dinero de nuestros hospitales públicos, nuestras escuelas, nuestras políticas sociales y medioambientales se destine a comprar tanques, cazas y misiles”, señala el manifiesto al que se ha adherido la HOAC. “Los climas bélicos se diseñan en cómodos despachos, pero son los pueblos quienes pagan las consecuencias”.

En este contexto, el compromiso del movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos en la promoción de la cultura de la paz constituye una expresión concreta de su espiritualidad encarnada y su compromiso con el Evangelio. Como recuerda el papa Francisco en Fratelli tutti, “la paz real y duradera es posible solo desde una ética global de la solidaridad y de la cooperación al servicio del bien común” (FT, 127).

Una llamada a la responsabilidad, un compromiso conjunto

El momento actual, marcado por una creciente tensión geopolítica internacional –un cambio de época que está configurando un nuevo orden internacional– y una cultura del descarte global, exige —en palabras del manifiesto— “responsabilidad, políticas audaces, altura de miras y cultura de paz”.

El movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos de la Iglesia española tiende puentes junto con otras organizaciones, entidades y personas concretas que claman por un mundo más justo, donde la dignidad humana, los derechos fundamentales, la paz y el cuidado de la casa común no sean sacrificados en nombre de la geopolítica, los intereses económicos estratégicos, la plutocracia y el autoritarismo —de nuevo cuño—.

“No nos resignamos a la guerra”, proclama el manifiesto. “Pónganse manos a la obra y trabajen por la paz, se lo exigimos”, exhorta. Una exigencia ética, ciudadana y coherente con la fraternidad y la amistad social, que la HOAC asume como propia y en comunión con el papa Francisco: ¡Nunca más la guerra! (cfr. Fratelli tutti, 258).